¿Que pasa cuando a los programas de televisión se le ponen nombres tan sesudos como El diario de Patricia o El programa de Ana Rosa?
Que llegan las vacaciones y tanto Patricia como Ana Rosa se van, dejan de aparecer frente a la cámara y el nombre del programa pierde todo el sentido.
¿Y cual es la creativa solución de las cadenas a este problema característico de los meses estivales?
Inventar nuevos nombres para los programas aun más sesudos que los anteriores El diario de Verano y El programa del verano. ¡Que cansado debe ser eso de pensar!