En un entretenida entrada respecto a los spoilers que acostumbramos a ver hoy en día en todos los medios de comunicación televisivos, desde periódicos y revistas hasta blogs,leo como hace unas décadas las series de televisión no estaban estructuradas narrativamente como ahora y todo transcurría de forma mucho más tranquila. Ni los episodios terminaban con ‘clifhangers’ histéricos, ni mucho menos las temporadas remataban con un episodio en el que cerrar los arcos argumentales y abrir nuevas intrigas para la nueva temporada.
A la vista de esto, me planteo lo triste que sería ser ver la tele si no pudieramos darnos esos atracones de episodios seguidos a los que nos obliga 24, Perdidos o la mismísima Veronica Mars. Yo desde luego cuando veo este tipo de series y tengo varios episodios grabados, nunca espero a que acaben los 42 minutos, si quiero dejarlo, tengo que hacerlo en medio del episodio cuando la trama está en un punto bajo de tensión; como espereal final, estoy perdida.
Sin embargo, hace tan solo 25 años, las series no eran así y tuvo que ser Dallas, con su eterna cabecera de más de un minuto y aquel episodio final de temporada en el que disparan a JR y que nunca estuvo previsto en el guión, la que marcara un antes y un después en la historía de la narración televisiva ¡Gracias Dallas!
…Dallas (culebrón de culebrones)…ha supuesto un hito en la historia de la televisión…y está muy bien recordarlo (gracias chica de la tele)…para que cuando nos pongamos exquisitos sobre los productos de televisión, seamos capaces de comprender cómo la tele está construida a base de géneros muy diferentes y cada uno es válido y cada uno aporta algo….recordemos que Dallas consiguió llevar la soap opera tan denostada al horario de prime time…¿qué es Cinco Hermanos?…o ¿Dirty Sexy Money?