El pasado viernes tuve la oportunidad de pasarme por el plató donde se graba la serie de TVE Los misterios de Laura, ya terminando su tercera temporada, que vaya usted a saber cuando acabará por estrenarse en TVE. Concretamente esta serie es una de esas que encajan tan a la perfección con el público de la pública (valga la redundancia) que se me hace difícil imaginarla en otra cadena, algo que espero no tenga que suceder, por el bien de todos sus seguidores y de todo el equipo que la hace posible.
Los misterios de Laura es otro de esos ejemplos televisivos que demuestran cómo un mismo producto puede funcionar de formas completamente diferentes según la ubicación que tenga en la parrilla o el momento en que se estrene, como comentábamos hace poco con el regreso de Hospital Central a Telecinco. Si bien esta serie va todavía por su tercera temporada y es difícil imaginarla completando dos décadas en antena, también ha pasado por una cancelación y una posterior repesca exitosa cuando nadie daba ya un duro por ella y todo ello sin modificar nada de su planteamiento ni tan siquiera su franja habitual de emisión, también en el prime-time. En el caso de Laura, la repesca fue más complicada que la de los médicos del Central, pues su protagonista ya trabajaba en otra ficción, Los Quién, y solo la cancelación de aquella en el momento oportuno hizo que María Pujalte volviera a estar disponible para un papel en el que difícilmente podía ser sustituida.
Como todos los que alguna vez habéis seguido Los misterios de Laura ya sabréis, esta serie cuenta el día a día de una inspectora de policía que debe compaginar su intrigante trabajo como investigadora con el de madre separada, con el añadido de que su ex-marido, Fernando Guillén Cuervo, es además su jefe. El trío lo completa, Oriol Tarrasón (¡qué guapo!), un gran amigo y compañero que aporta además una discreta tensión sexual y el color lo ponen otro buen puñado de personajes interpretados por Beatriz Carvajal y Laura Pamplona entre otros. Junto a estos personajes fijos, la serie se esmera en la contratación de actores bien reconocidos de la escena española para sus tramas episódicas y, concretamente en esta tercera temporada, podremos ver a Alicia Borrachero, Miguel Rellán, Elia Galera, Diego Martín o Elena Ballesteros entre otros.
En mi visita al plató de la serie lo que más me llamó la atención fue la naturalidad con la que transcurría todo el trabajo del equipo, una naturalidad algo anómala en este tipo de visitas, donde lo más habitual es que te prohiban hacer fotos, donde es raro que te dejen estar cotilleándolo todo y donde los trabajadores de cada departamento no suelen prestarte ninguna atención. Aquí sin embargo, hacer fotografías estaba permitido en todos los rincones (tenéis un pequeño set de fotos aquí, si llego a saber que se pueden hacer me llevo la cámara grande), pudimos asistir al pase de guión de los protagonistas con el director del episodio, Javi Quintas, nos dejaron hacer un papelito como figurantes en la comisaría y pudimos conversar con los guionistas durante un buen rato, tanto de su trabajo en la serie como de todo lo relacionado con la ficción en general. Esta fue, por cierto, una de esas conversaciones que hubiera alargado hasta bien entrada la tarde (del día siguiente incluso) y que me hubiera encantado grabar de forma informal para compartirla con todos vosotros, pues es de lo más enriquecedor entender el trabajo de todos los miembros del equipo, escuchar su visión de su propio trabajo y del trabajo de guionista en general e incluso recibir un cariñoso tirón de orejas por mi primera crítica, no demasiado buena, a su primer episodio.
Los guionistas de Laura son Javier Holgado y Carlos Vila, responsables también de una de las series de culto de la televisión nacional, Motivos Personales, una serie de cuya repercusión se enorgullecen y cuyo éxito achacan a lo diferente de su planteamiento en aquel momento y, desde el punto de vista del guión, a lo absolutamente irreal que eran todo lo que allí ocurría y la manera en que se desarrollaba, con un alejamiento consciente de la realidad que les permitía unas licencias que de otro modo no tendrían y que, una vez aceptadas por el espectador, les daban mucha más libertad creativa. En el caso de Los misterios de Laura, podríamos decir que existe también una cierta pérdida de referencia con lo que puede ser el trabajo de investigación de la policía y, sin embargo, nos cuentan como no son pocas las felicitaciones que han recibido de miembros del cuerpo de policía que, por primera vez, se han sentido identificados con la manera en que su profesión se refleja en una serie, muy lejos de todas las tramas de corrupción y oscurantismo habituales en las historias de policía y más cerca de las personas reales con problemas caseros reales que deben afrontar a diario. Lo que para muchos puede parecer sensiblero, ñoño o demasiado sencillo para una ficción a la que cada vez demandamos más complejidad, para otros es tan solo una tierna representación de la realidad de una profesión complicada y muchas veces incomprendida.
Algunos datos técnicos y curiosidades:
La proporción de exteriores/interiores en Los Misterios de Laura es de un 70%-30% respectivamente, algo que sin duda enriquece la producción, proporcionando variedad, frescura, permitiendo una mayor riqueza a la hora de plantear tramas, para la puesta en escena y para la percepción del conjunto.
El 85% de cada uno de los guiones es el caso episódico y su resolución, el 15% restante se dedica a las historias personales entre los personajes fijos.
La rutina de grabación diaria para cada escena consta de varios pasos: marcar el texto para los técnicos, pase de guión con los actores, puesta en escena y grabación. En cada jornada se graban entre 5 y 7 páginas de guión.
Para la creación del guión también existe una rutina: primero se piensa un arranque espectacular e impactante, a continuación se plantea la resolución del caso, por último se crea toda la trama que lleva del primer al segundo paso, guiones incluidos. Desde el principio, todos los miembros del equipo tienen el guión completo del episodio, no se guardan secretos ni se mantiene artificialmente la intriga a los protagonistas. Pese a ello, y en lo que respecta a la relación con el público y en su día a día con las series que ven, los guionistas son de la «liga anti-spoilers».
En la creación de cada episodio invierten unas dos semanas en armar la escaleta y tres días en dialogar. Así, hacen unos dos episodios al mes. Como guionistas expertos que son, han aprendido las necesidades de producción para cada escena planteada, por lo que su labor de creación incluye grandes dotes de sensibilidad a la hora de aprovechar las salidas a exteriores o no pedir imposibles.
Preguntados por los referentes de la serie, nombran a Se ha escrito un crimen y Colombo (nos recuerdan que el piloto de esta fue dirigido por Steven Spielberg, ahí es nada). Yo añadiría también cierto toque de Monk, aunque parece que ellos no lo tenían en su lista.
Tanto Javier Holgado como Carlos Vila son ávidos consumidores de todo lo que de sus creaciones se dice en la red, desde los tiempos de Motivos Personales. Aunque dicen no sentirse presionados por las malas críticas, sí leen con atención las opiniones de críticos y espectadores y procuran entenderlas y ponerlas en valor. Como guiño a sus seguidores más activos, han incluido alguna vez sus nombres en los guiones adjudicándoselos a los distintos personajes episódicos, una bonita manera de premiar a quienes cada día admiran su trabajo e invierten su tiempo en hacérselo saber.
Sin duda están entre los mejores guionistas de España. Con un poco de suerte alguno de ellos se lanza a escribir cine y así mejora el panorama nacional actual.