Esta semana hemos tenido dos despedidas sonadas, aunque sus protagonistas no tengan nada que ver, ni por temática, ni por presupuesto, ni por numero de temporadas en antena, ni siquiera por su nacionalidad.
De una parte, Terra Nova, en este caso era casi una cancelación a voces y eso que no era una serie que estuviera funcionando especialmente mal, pero claro, a veces no es suficiente con tener una audiencia estable y hay ejemplos con menos seguidores que perviven durante años. El motivo fundamental: la pasta, como en tantas otras ocasiones y en tantos otros sectores.
Desde que se ponen las palabras dinosaurios y Spielberg en la misma frase, parece que la banda sonora del párrafo no puede ser otra que el Money, Money y claro, hacen falta mucho espectadores apoyando ciegamente el producto para que este pueda subsistir y no ha sido el caso. Quizá la combinación funcione bien en el cine, donde basta con que los espectadores acudan una sola vez atraidos por el marketing y los efectos especiales para que el conjunto del negocio funcione pero, en televisión no es lo mismo y, cuando acaba cada episodio, ese individuo debe estar loco por volver, enganchado a tramas y personajes, dispuesto a hipotecar una hora de sus vidas cada semana para verlos. No ha sido suficiente y la cadena ha dado portazo a la serie tras una sola temporada.
Pero la historia no ha terminado aún. Ahí detrás está un Netflix dispuesto a repescar de nuevo y las conversaciones con Fox ya están en marcha, y podrían hacer que la segunda temporada fuera algo más que una ilusión. Si a esto sumamos la nueva campaña de presión por parte del público promovida entre otros por el protagonista de la serie, Stephen Lang, la invasión jurásica en las oficinas de Fox puede lograr sus resultados.
La otra serie que se despedirá este año es la británica Skins, símbolo de un estilo de hacer ficción para adolescentes que nada tiene que ver con las series a las que estamos acostumbrados: ni las americanas, ni mucho menos las españolas.
Tras siete temporadas en antena, dejaremos de ver a los jóvenes más desarrapados de la televisión británica, pero nos seguiremos preguntando qué hace que una serie de estas características funcione de forma tan dispar en distintos paises. Recordemos que en EE.UU. se intentó hacer un remake que fue un rotundo fracaso, motivado entre otras cosas por el escándalo que supuso dentro del famoso y muy conservador Parents Council y las presiones que las marcas anunciantes sufrieron por mostrar sus anuncios en las pausas publicitarias, presiones que acabaron con la retirada de algunos nombres muy sonados.
En España no hemos visto un ejemplo tan claro porque no se ha estrenado la serie (al menos en canales generalistas), ni se ha propuesto la producción de una versión española, pero no olvidemos que lo más parecido que podríamos encontrar (salvando las evidentes distancias, que nadie se me eche encima) es Física o Química y no han sido pocas las críticas que han recibido ni las presiones que se han intentado, simplemente por algo tan sencillo como mostrar actitudes consideradas poco edificantes.
Echando la vista atrás a las series juveniles, o no necesariamente de esta franja de edad, llama la atención lo poco acostumbrados que estamos a ver en nuestras pantallas productos que retraten personajes marginales o, como se dice ahora, «en riesgo de exclusión». Los protagonistas de nuestra ficción viven bastante bien y los que no lo hacen, se «esconden» en comedias que directamente eliminan toda posibilidad de profundización en los problemas, caso de Aída o Con el culo al aire. ¿A qué tenemos miedo? ¿Es una cuestión de falta de sensibilización o que el espectador medio no quiere ver dramas reales?
Sea cual sea la razón, parece que al final se trataría de una cuestión de no dar el dinero necesario para mantenerla en pantalla o, en el caso de España, directamente no apostar por hacer ficciones de estas características, volviendo entonces a lo de siempre, el poderoso caballero Don Dinero que ataca por todas partes en lo que a televisión generalista se refiere.
No creo que netflix pueda asumir el coste de hacer Terra Nova, creo que es un bulo que ha surgido sin fundamento alguno.