Llevábamos leyendo algunas informaciones desde el pasado jueves, pero ayer era el lanzamiento definitivo de la nueva aplicación social e interactiva de Antena 3, que prometía revolucionar el visionado de televisión ahora que tan de moda está el tema de la doble pantalla.

El superestreno vendría de la mano de uno de los programas más lucidos para tal efecto, El Hormiguero. Desde el informativo de Matías Prats nos instaron a instalar la nueva app y lo primero que vimos en el programa fue a Pablo Motos recordándonos que, a partir de ahora, la vida televisiva sería mucho más divertida con un iPhone, iPad o Android en nuestras manos.

Novelera que es una, allí estaba yo, sentada frente a la tele descargando mi aplicación cuando, de repente, primera decepción: lo que ellos llaman «para iPad» no es más que la aplicación para el iPhone, que tantas veces hemos visto (como mucho multiplicada al doble de su tamaño) quienes tenemos el hermano mayor del exitoso teléfono, muchas veces justificado al tratarse de aplicaciones específicas para movilidad, pero en absoluto adecuadas para otras prácticas como la de ver la televisión con una pantalla suplementaria en las rodillas. Desconozco cuanto cuesta adaptar una aplicación para que la experiencia en el iPad sea igual de lucida que en el iPhone, pero si apuestas y lanzas a bombo y platillo una revolución, no puedes hacer cosas tan cutres.

Sobrepasada la primera mala impresión, el programa lanza su frase del día que, apenas unos segundos más tarde, aparece en mi iPad patrocinada por Movistar (no sería importante el patrocinador si no hubiera pasado lo siguiente). Nada del otro mundo, pero llama la atención que tu ordenador se comunique con la televisión de esta manera y las neuronas empiezan a funcionar como locas, pensando las múltiples posibilidades que algo así puede tener.

Y así me quedé, pensando, pensando, porque la frase del día fue el único contenido que mi iPad registro durante todo el tiempo que duró el programa. ¿Una porquería de aplicación? No, que va, lo que es una porquería es el acceso a la misma, que se saturó por un exceso de accesos e hizo que se cayera todo el sistema, en una acción patrocinada por Movistar, que manda narices. Bueno, eso es lo que muy amablemente nos contaban desde la cuenta oficial de Twitter de El Hormiguero, porque mientras tanto en Antena 3, pasadas las 22h, nos seguían invitando a entrar y descubrir todos los fabulosos contenidos que la nueva manera de ver televisión nos ofrecía.

Conclusión; un puñetero desastre, una acción que podría haber sido estupenda y que llevaba una promoción excelente (como quedó demostrado), absurdamente malograda por algo tan tonto como no ser capaces de dimensionar el éxito de acogida que podría tener y aquí sí me consta que el dinero que cuesta abrir el canuto para que todos pasemos ligeros y gráciles no es una cantidad que Antena 3 no pueda asumir… y si lo fuera, no hagas la campaña ni la acción.

Es una pena que haya tanta gente trabajando para sacar adelante un proyecto nuevo y que acabe malogrado por una cuestión técnica. Una verdadera pena.