Es triste pero si, hay series que por mucho tiempo que hayan pasado en tu vida, por mucho que adores a sus personajes, por mucho que los sientas ya de tu familia, necesitan urgentemente una retirada, diría que a tiempo, pero mucho me temo que ese tiempo ya ha pasado de largo para algunas y, acaben cuando acaben, será tarde ya.
Gossip Girl: pese a que esta temporada está remontando algo y los últimos episodios han sido bastante entretenidos, hace ya temporada y media que no levantan cabeza. Cuando los buenos se volvieron malvados sin gracia y los malos se hicieron buenos rematadamente ñoños perdí el interés, por no hablar de la relación de Lily y Rufus, originalmente tormentosa e imposible y que, una vez estabilizada, hizo del final feliz un desastre absoluto.
Anatomía de Grey: creo que es una de las series con las que más he llorado y que aún me pone los pelos de punta cada vez que veo a esa Izzy destrozada con la muerte de su amado Denny, en una escena que seguramente nunca olvidaré. Es también una de las series con mejor ambientación musical del panorama americano, con temas bien seleccionados, perfectamente encajados, algunos de los cuales han pasado a ser de mis favoritos de la década. Sin embargo, hace tiempo que no avanza y, aunque Shonda Rhimes afirme que tiene cuerda para años, aunque Katherine Heighl anuncie que quiere volver, aunque es una de las firmes candidatas a renovar, a mí cada día me da más pereza verla.
House: para pereza y pena, esta, y no tiene nada que ver con la desaparición de Cuddy, a la que sin duda echamos de menos, pero que no lograba por si sola levantar la serie. El propio Hugh Laurie hace ya un tiempo que declaró estar cansado del personaje y probablemente ese debió ser el momento ideal para haber terminado con el proyecto. Cuando un personaje no llena al actor que lo interpreta, es definitivamente el momento de cerrar el chiringuito.
Como conocí a vuestra madre podría abrir una nueva vía narrativa ahora que sus protagonistas van a tener un bebé, pero tampoco me llevaría un gran disgusto si desapareciera. He vivido momentos estupendos con ellos y el personaje de Barney permanecerá en mi album televisivo mucho tiempo, aunque será probablemente el único de la pandilla que lo consiga. Pero ya está, pueden presentarnos a la madre y cerrar el bar por fuera.
Y luego está Dexter, que también da vueltas sobre sí mismo desde hace un tiempo pero que, a mí personalmente, consigue mantenerme atenta y, sobre todo, acaba las temporadas con unos cliffhangers tan buenos, que siempre recuperas la fe en la siguiente temporada. Esta última estaba basada precisamente en eso, la fe, las creencias religiosas y era un tema que podría haber dado mucho más de si pero se quedó a medias. Creo que a Dexter le favorece que sus temporadas sean de tan solo 13 episodios y yo no estoy cansada del todo, pero no quiero dejar de recoger las opiniones mayoritarias que he leído al respecto a que apuntan a un cansancio generalizado.
Ah, de CSI también estoy muy aburrida, pero con eso de que es un procedimental, los episodios se siguen dejando ver sin mayores pretensiones (ahora mi favorita es NY, con una Stella Ward elegante y muy buena para el conjunto).
Imágen del tema Waiting for the end, de Linkin Park.
Pues coincido en todas y en casi todos los momentos en los que ya se tendría que haber pensado en un final. Por suerte, de ellas, Gossip Girl y House no creo que sigan mucho más. Dexter va a seguir un poco más pero por suerte parece que algo va a cambiar en el futuro y eso le puede dar un plus.
Sólo creo que falta Bones en esa lista, que desde esta temporada está herida de muerte.