Acostumbro a defender a la televisión de campañas de desprestigio generalizadas, de las que la atacan solo por ser televisión, de las que dicen que todo lo que se emite es malo e incluso de las que utilizan el término telebasura para referirse a programas que no son especialmente edificantes pero que, en mi opinión, cumplen su función de entretener y no tienen nada de malo si sus espectadores son personas maduras y entienden algunos códigos televisivos fundamentales para un sano visionado de la caja plana.
Pero, a veces, no me queda más remedio que revolverme en mi asiento y cambiar de canal, porque el morbo del ser humano nos conduce a perversiones como la de este pasado sábado en La Noria, con la entrevista a la madre de un tipo cómplice de asesinato, de un presunto violador, o cómplice de violación, de un individuo que, no solo ha tomado el pelo a la policía durante meses, sino que después de encubrir a un asesino, no ha sido capaz de mostrar arrepentimiento alguno y permite que unos padres no descansen en el inmenso dolor de haber perdido a su hija y ni siquiera sean capaz de encontrarla. Será porque me resulta más sencillo identificarme con ellos porque tengo una hija de la misma edad, pero no puedo soportar ciertas cosas que han pasado en este caso y no comprendo como se puede sobrevivir a algo así, escuchando ciertas cosas, viendo algunas actitudes.
Y, aunque no sirva para defender a la cadena, aunque crea que efectivamente alguien debería poner un límite a ciertas cosas, en este caso, la única pieza del juego que me merece un desprecio absoluto es esa mujer capaz de cobrar dinero por todo este asunto. Si lo que buscaba era de algún modo defender a su hijo o mostrar que ella es madre también o alguna cosa medianamente defendible, cobrar por ello solo ha demostrado que hay gente que no tiene moral, ni decencia, ni vergüenza.
Por eso y aunque la acción vaya encaminada a culpar a otras piezas del engranaje televisivo, he decidido apoyar esta causa en Actuable, impulsada por @PabloHerreros, porque quienes no tienen vergüenza, no la tendrán nunca y les importará un bledo lo que los demás pensemos (me refiero a cierto tipo de entrevistados) pero, quizá y solo quizá, haya alguien involucrado frente a un papel de planificación de campañas que decida dar un paso al frente y parar esta locura… o algún periodista de esos que van de dignos por los platós y nunca se les ocurre levantarse en medio de un directo y mostrar su humanidad cuando ocurren ciertas cosas y nunca son objetivo de crítica por parte de los espectadores, como si las cadenas vivieran solo de directivos y presentadores de programas.
Entonces es más despreciable el que acepta el dinero para hacer algo lamentable que el que paga para que alguien haga algo despreciable y, a su vez, ganar más dinero??
Si te entendí mal, no digo nada. Pero creo que en este caso tan lamentable es la actitud de la señora, como de Tele5, que aunque estemos ya acostumbrados a sus ganas de sacar dinero de la forma más miserable y ruín, no deja de ser una cadena que PAGÓ a la señora esta.