No tenía muy claro que esta serie me fuera a gustar. Aunque no puedo negar que el planteamiento de tener a los personajes de cuentos clásicos atrapados en el tiempo sin saber quienes son era muy atractivo, la premisa era tan arriesgada que podría haber sido un auténtico despropósito.
Sin embargo, la serie logra una complicidad con el espectador impresionante desde el minuto uno en el que ya nos quedamos enganchados a algo tan sencillo y tradicional en los cuentos de hadas como una pantalla en negro con texto. Esa referencia al mundo real en el que no existen los finales felices ya establece unos principios sobre los que evidentemente rotará el desarrollo de la historia que, en definitiva, no busca otra cosa que vencer el mal, mantener la ilusión de un final feliz y hacer que el espectador no pierda la esperanza (me pregunto si la coyuntura económica y social se presta precisamente a este tipo de mensajes y si no será clave en el previsible éxito de audiencia de la serie, que ha empezado de forma muy satisfactoria).
Del texto clásico pasamos a un cuento de hadas con todos sus ingredientes, donde sorprende la edad de los protagonistas, algo más talluditos de lo habitual y de ahí, al mundo real, con un niño repelente y listillo y una Jennifer Morrison tan guapa como dura. Así contado parece raro y complicado, pero el argumento narrativo y la ubicación de protagonistas logra fluir de una historia a otra con gran naturalidad, la misma con la que estos personajes de distintos cuentos de hadas aparecen juntos en una misma realidad, como ya hemos visto en Shrek, una referencia que no he podido evitar por el parecidos más que evidentes a la hora de retratar un universo común a todos los personajes.
El éxito de la historia contribuye sin duda la complicidad con el espectador, el hecho de que solo nosotros sepamos quienes son ellos y la ignorancia en la que viven, con sus virtudes y defectos acarreados durante siglos, pero ajenos a su pasado y las implicaciones de unos y otros, de unos con otros.
Como en tantas otras ocasiones al ver un piloto, mi mente no puede evitar ir demasiado deprisa y pensar en términos de temporada completa y próximas temporadas y es en ese caso cuando me asaltan ciertas dudas. En este ocasión, me pregunto cual es el planteamiento de la serie con relación a los protagonistas de los cuentos. Si triunfa y hay más temporadas ¿Elegirán distintos cuentos para establecer un hilo argumental? Aunque en este caso Blancanieves y el Príncipe Encantador son solo una excusa para introducir al resto de personajes y a la historia particular, no parece que el recorrido pueda ser suficientemente largo como para abarcar varias temporadas… salvo que estas nunca terminen con un final redondo, claro. La verdad, no sé para qué me preocupo, si las series americanas han probado en más de una ocasión, saber exactamente como retorcer una historia para darle continuidad.
Once Upon a Time, otra al bote. ¿Alguien sabe dónde comprar un poco de tiempo?
Tiempo lo venden en el quiosco. A veces incluso regalan un DVD, pero no suele ser muy bueno. En cambio con vuestros comentarios sobre la serie me la habéis vendido.