No me cansaré de repetirlo, uno de los mayores favores que se le puede hacer a una serie es no elevar las expectativas del espectador hasta límites inalcanzables, algo que solo puede ser garantía de fracaso. Y con el mismo razonamiento, cuando algo te parece que va a ser insoportable, puede acabar sorprendiendo y dejando entrever algo de dignidad. Para muestra, dos botones: el tremendo patinazo de una encumbrada Cheers frente all estreno de 3×2 Parejología de anoche que, si bien tuvo una audiencia paupérrima, no ha sido tan horrorosa como yo me imaginaba.
Y es que las últimas informaciones que había leído sobre estas nuevas píldoras de humor familiar apuntaban a una versión nacional de Modern Family, nada más y nada menos. Y claro, escuchar o leer ciertas comparaciones, me pone los pelos de punta y me parece una auténtica osadía, sobre todo cuando ya habíamos tenido la oportunidad de ver algunas promos y el único parecido con la flamante triunfadora de los EMMY eran las relaciones de sangre que unen a los personajes. El resto, unas matrimoniadas revividas.
Y así ha sido. Con la premisa de un consultorio de pareja en el que los protagonistas hablan a una voz en off que parece una versión colorista de La Caja, los personajes van contando y viviendo experiencias simples y con muy poca gracia, adornadas con unas risas enlatadas que en ocasiones parecen puestas al azar:
¿Llego tarde? No, si es que nos gusta comer a la hora de la merienda (Risas)
Solo faltaba que me montaráis un pollo por llegar 10 minutos tarde.. ¿10 minutos? (Risas)
Sin embargo, la interpretación de todos los protagonistas es bastante decente, Norma Ruiz es una auténtica monada y Juanjo Puigcorbé, es Juanjo Puigcorbé.
A su favor que, al menos ayer, la emisión apenas duró unos 20 minutos, haciendo más tolerables sus defectos y terminando con un gag, el de la sopa, que brilló por su naturalidad en comparación con el resto de situaciones y logró despertar media sonrisa. Si no se empeñan en estirarlo inhumanamente otros días, es soportable, aunque mucho me temo que tan pronto haya fútbol en abierto, nos va a tocar sobredosis de sopa.
Yo no lo veré.