Puede que sea porque en verano hay menos cosas que ver y me vuelvo menos exigente o simplemente que hay productos que, incluso estando destinados al estreno en esta época tan triste en series americanas, dan la talla lo suficiente como para entretener y sorprender. De hecho, la temporada veraniega es muy propicia a dar productos de gran calidad, precisamente por la limitación de competencia y porque las cadenas están menos estresadas y se permiten licencias que, de otro modo, posiblemente no habrían pasado el corte en algún despacho. Así, en esta época de estrenos estivales han nacido grandes series como Mad Men, Dexter, Breaking Bad, Californication o Weeds y otras más de andar por casa pero también exitosas como Greek.
Aunque las dos series de las que voy a hablar ahora no están al nivel de las mencionadas, al menos por el momento, si han resultado ser una grata sorpresa y probablemente se conviertan en un agradable acompañamiento para estos calurosos meses de verano.
Por una parte, una de abogados para USA Networks: Suits, que me apetecía ver pero sobre la cual había leído una crítica tan demoledora hace un par de días que casi me pongo a verla con tapándome la nariz. Quizá por esas expectativas tan tiradas por el suelo, la serie me ha resultado muy entretenida y quiero ver como se manejan sus dos protagonistas en el ambicioso mundo de los pleitos neoyorkinos.
Su historia es muy sencilla: un arrogante abogado de una importante firma al que acaban de ascender, se encuentra bajo estricta vigilancia de su jefa por engañar, mentir y ocultar información, no solo a sus clientes y potenciales clientes, sino también a sus superiores, algo de lo que ella, sabeedora de todo lo que se trae entre manos, empieza a estar un poco harta. Todo esto, justo cuando acaba de contratar como abogado a un bala perdida que lo más cerca que ha estado de la Facultad de Derecho ha sido para hacerse pasar por otros y aprobar el exámen de acceso previo pago de una gratificación. Eso sí, tiene una mente prodigiosa y un excelente capacidad para salir de cualquier problema.
Juntos hacen una excelente pareja de mentirosos que estoy segura sabrá moverse como pez en el agua entre juicios, investigaciones y archivos policiales, con el valor añadido de ser un procedimental que entretiene con cada caso si eres de lo que disfrutan con las series de abogados.
La otra serie lleva ya tres episodios en emisión, la emite ABC Family y se llama Switched at birth, por lo que no podremos considerar un spoiler el decir que trata de dos adolescentes criadas en una familia que no les corresponde, por culpa de un desgraciado error en el hospital en el que nacieron. Esto se descubre en apenas los primeros diez o quince minutos del primer episodio y, una vez creado el conflicto, el resto es bastante previsible.
Durante gran parte de la historia no he podido evitar acordarme de Life Unexpected, aunque en este caso el conflicto se de por duplicado y con algunos matices más complicados que los inicialmente planteados en aquella, no deja de ser la historia de dos adolescentes que de pronto no encuentran su sitio y dos familias que ven como su vida da un cambio radical y se llena de problemas cuando creían tenerlo todo bien organizado y una vida más o menos tranquila.
Si te gustaban las historias de Lux, sus amigos de la infancia y sus nuevas familias, seguramente te guste esta serie pero, si siempre pensaste que Life Unexpected era un tostón, un pastel insoportable y una aburrida excusa para soltar toneladas de moralina americana en cada uno de sus episodios, mejor abstente, este serie no es para ti, salvo que seas fan de Gilles Marini, que está anunciado para próximos episodios.
Switched at Birth está bien hecha y busca muy bien a su público, pero no me engancha, sin embargo Suits me parece el mejor estreno en lo que llevamos del verano, intenta copiar a TGW en muchos sentidos, aun así es entretenida, dinámica, y con buenos diálogos.