Cuando ocurre una tragedia que afecta a mucha gente o que es relevante por motivos de alcance social, caso del terremoto de ayer en Lorca, los medios de comunicación tienen la difícil tarea de informar sin herir susceptibilidades, sin causar alarma, pero al mismo tiempo dando las noticias como son y cuando se producen,
Esta tarea no es sencilla y las prisas, la competencia o la mera falta de sensibilidad, pueden provocar ejercicios de periodismo informativo equivocados. En otras ocasiones, es el exceso de prudencia el que puede provocar críticas entre una audiencia que, seamos realistas, nunca estará satisfecha.
Ayer tuvimos dos ejemplos claros: por una parte, a media tarde, cuando ya el terremoto se convertía en noticia por los numerosos daños a los edificios, por el miedo de los habitantes de la ciudad y por las cifras de heridos y fallecidos, TVE aprovechaba la emisión de España Directo para informar rápidamente de lo ocurrido. Según parece, era la única cadena de televisión nacional informando y muchos se alegraban en ese momento de la existencia de una televisión pública que siguiera la noticia en tiempo real. Sin embargo, esa precipitación inicial, esa falta de datos concretos, solo lograba confundir aún más a los espectadores, con cifras de víctimas que subían y bajaban, con reporteros a punto de ser sepultados bajo un campanario y con la lógica sensación de caos y alarma que las informaciones provocaban.
Mientras algunos se quejaban de que el resto de cadenas no estuvieran en directo en el lugar de los hechos, yo me congratulaba de que no se hubieran lanzado todos a la calle a dar noticias sin ton ni son, a pelearse por el primer plano de la catastrofe y las declaraciones de los vecinos que, seguramente en estado de shock, no suelen ser los mejores entrevistados.
Desengañémonos, el hecho de que TVE estuviera informando en directo y el resto de cadenas no, responde a algo tan sencillo como que unos ya estaban con un programa de información en directo y los otros no tuvieron tiempo de hacer llegar a sus equipos para una conexión antes del informativo, pero al final debemos agradecerlo, pues los datos ofrecidos habrán sido mucho más ajustados a la realidad.
Otro ejemplo, esta vez no televisivo, pero igualmente ilustrativo de la dificultad a la hora de enfrentarse a este tipo de situaciones, se ha dado en la prensa por la mañana. Mientras unos ponían imágenes de una víctima en la calle, junto a la destrucción en los edificios colindantes, otros publicaban la misma imagen retocada para no mostrar al fallecido, en un exceso de cautela que ha hecho saltar a quienes afirman que precisamente la presencia del fallecido es la noticia, pues es la primera vez en mucho tiempo que un temblor de estas características provoca víctimas mortales en nuestro país.
Como veis, el de la información es un mundo lleno de grises, donde a veces es muy complicado tomar decisiones, especialmente en aquellos momentos en los que estas decisiones deben ser tomadas rápidamente.
Otra cuestión será el espectáculo que hoy, con la información relevante ya en la calle, hagan unos y otros con el seguimiento de afectados y destrozos varios, mucho más fácil de medir y donde no valen excusas. Veremos.
¿Dónde han salido esas imágenes retocadas?