Este sábado es un día de alegría para muchos detractores de la llamada telebasura de este país. Desde que se anunció la despedida del programa Dolce Vita (antes conocido como Salsa Rosa) todo han sido felicitaciones por haber conseguido eliminar de la parrilla un programa considerado el paradigma de los programas basura.
No saldré aquí a defender los Salsa Rosa de las parrillas pero, después de conocer la noticia de que el primer programa de La Noria, sustituto para la noche de los sábados de aquel, tendrá como invitados a los padres de Madaleine, la niña inglesa desaparecida en el Algarve hace unos meses, sinceramente, prefiero el primero con todas sus miserias.
Las fotos de Madaleine han recorrido los medios de comunicación desde su desaparición, han sido repartidas por mail, están en los supermercados y, desgraciadamente, sigue siendo noticia todos los días, impidiendo que nos olvidemos de sus grandes ojos azules. Entiendo que unos padres desesperados estén dispuestos a acudir a cualquier sitio con tal de que la historia no se olvide y siga teniendo tanto empuje como el primer día pero, como cadena ¿qué otro interés que no sea el puro morbo puede tener una entrevista como esta? ¿a qué intereses sirve? ¿qué preguntas puede hacerse a estos padres desesperados? Sinceramente, cosas como estas me parecen una obscenidad.
El programa consta de otras secciones que amenizaran las cinco horas de programa que, presentado por Jordi Gonzalez, ocupará las noches de lo sábados desde mañana mismo.
A mi me cuesta entender como a Jordi Gonzalez le siguen dando tanta bola, porque sus programas además de malos duran 1 semana. Qué ocurre con él?