Por fin Telecinco ha cambiado su estrategia para promocionar Pasapalabra y ya no es una máquina generadora de spoilers, capaz de convertir algo tan sencillo como un concurso en un entretenimiento sin mayor interés para el espectador medianamente interesado en el resultado final.
Para quién no lo haya visto, Telecinco ha pasado de promocionar el concurso avisando de cuando se llevarán el bote, de manera que si no había promo con el anuncio del ganador es que ese día no completaba el rosco, a dar pistas sobre cual de sus concursantes será el que se lleve el nuevo bote suculento y preguntar al espectador ¿será hoy?
Es evidente que las circunstancias han cambiado y que la cuantía del bote que está en juego estas últimas semanas es mucho mayor de lo que habitualmente se gana en un concurso televisivo, del mismo modo que parece más que evidente quién será el concursante destinado a conseguirlo. Es tan evidente, que se vuelve inevitable pensar en las triquiñuelas perfectamente lícitas que puede llevar a la productora del concurso a complicar el rosco final hasta lo imposible y fomentar así la generación de un bote espectacular con el que poder engordar la expectación, aparte del bolsillo del futuro ganador.
Lo malo de esto es que habrá muchos ojos atendiendo al día en que alguien se lleve ese dinero y no faltarán quienes hablen de tongo por considerar demasiado sencillas las respuestas a dar frente a las que semanas anteriores han tenido en vilo a un 20% de la audiencia.
Ayudado más o menos por los encargados de confeccionar la prueba final de Pasapalabra, yo me alegro de que la fórmula elegida para promocionar el desenlace haya cambiado y deje algo de interés para quién habitualmente ve el programa. Como digo al principio, y como ya dije cuando se optaba por avisar de cuando los concursantes se llevaban el bote, no soy amiga de los spoilers ni en los concursos, es más, es precisamente en los concursos donde considero que un spoiler se convierte en el mayor de los motivos para abandonar un programa. Al fin y al cabo ¿cual es el interés máximo de un programa cuya única narrativa consiste en saber quién ganará y qué será lo que se lleve a casa? ¿Se imagina alguien el Un, Dos, Tres promocionado con la imagen de los concursantes llevándose el coche o la calabaza a casa?
el problema será que el dia que se lo lleve problablemente lo digan… jeje