Pues parece que no. Después de labrarse una intachable carrera hasta el momento, hace casi veinte años ya que Nieves Herrero tiraba por la borda todos esos años de buen hacer presentando un programa de infame recuerdo, con los familiares de las niñas asesinadas en Alcasser. Años después, todos los que vivimos aquello, aunque fuéramos muy jóvenes y ni siquiera viéramos el programa, recordamos su existencia y cuánto de repugnante tuvo aquel episodio televisivo (debe ser por eso entre otras cosas que programas como Sálvame no me han parecido nunca tan graves).
Pues bien, años más tarde, con ese ejemplo imborrable en la memoria, Ana Rosa Quintana producirá y presentará mañana un especial sobre la muerte de Mari Luz Cortés, con presencia de sus allegados y con testimonios y entrevistas especialmente producidos para el programa, que se emitirá al término de Ángel o Demonio. No sé si la ubicación en la parrilla es una broma de mal gusto o simplemente que alguien no lo ha pensado bien, pero lo que si tengo claro es que un programa de estas características es innecesario, pese a que nuestra sociedad ya parece inmune a este tipo de dolor, a escuchar estas desgracias, a estos padres destrozados y a quienes intentan ocultar a los culpables con mentiras o trampas.
Comprendo la necesidad de desahogarse que puedan tener los padres de Mari Luz, como comprendo que los de Marta del Castillo no dejen de atender a los medios, en cualquiera de sus formatos, pidiendo que alguien de una vez se derrumbe y les diga donde está su hija. Pero, de ahí a hacer programas especiales como el que nos anuncian hay un trecho, uno que yo no querría recorrer, uno que espero sea un tremendo fracaso de audiencia que demuestre que no somos una sociedad enferma, que nos duelen los hijos de los demás cuando ocurren cosas tan horrendas y que realmente despreciamos cierto tipo de televisión cuando el fondo es tan tremendo y doloroso.
Ana Rosa ¿por qué produces algo así? ¿por qué además lo presentas?
Yo sí recuerdo muy bien la noche que emitieron el absolutamente infame especial de la a partir de entonces conocida como Nieves Horrores. Fue dantesco y alucinante: un teatro repleto de gente y la Herrero paseándose como si fuera Milà en una gala de GH.
Ten por seguro que a su lado Sálvame es tan inocente como un juego de niños. El caso Alcàsser era crudamente real y el paralelismo con los casos actuales, sobre todo con el de Marta del Castillo, no es gratuito.
Yo creo que Ana Rosa tiene tan asumido que es la «reina» de las mañanas, con una revista cuya única portada es ella, ella y también ella, con unos pelotas en el plató colocándole las bolas de billar para no fallar una carambola y con una cadena rindiéndole pleitesía por esas cifras de audiencia que necesita alguien que le ponga los pies en el suelo.
Me encantaría que Mercedes Milà, mucho más realista, la cogiera por los pasillos y le dijera «Guapa ¿es que no te acuerdas de Nieves? ¿Es que no ves inmoral traficar una y otra vez con el dolor de un crimen como este? ¿Es que no eres consciente de qué demonios puedes desatar?» Y que, de paso, cogiera al lumbreras que lo ha programado tras Ángel o Demonio y le diga que ya la han pifiado bastante con OT para necesitar ahora otra gloriosa prueba de que T5 está perdiendo los papeles a marchas forzadas.
Tienes toda la razón, pero matizo: no aprenden nada.
Nosotros sí.