Mucha expectación había generado este programa antes de su estreno y se notó en la audiencia, muy notable para La Sexta, que últimamente está eligiendo muy bien su oferta televisiva y está dando más de una sorpresita. Sin embargo, las dudas de todo el mundo giran en torno a la audiencia que Princesas de barrio hará el próximo domingo, pues después de haberlo visto, no parace que a gran parte de las personas que lo han comentado les hayan quedado muchas ganas de repetir, es más, son muchas las que no lograron siquiera terminarlo.
Me encuentro entre estas últimas, y eso que yo opté por verlo en la web, sin anuncios, sin tentacones en otras cadenas y concentrada en el contenido para poder escribir sobre ello. Imposible, me aburre sobremanera y me parece todo tan poco natural, que empiezo a dudar de su autenticidad. Si luego leo que una de las protagonistas ya había pasado por esa incubadora de pseudo-famosillos y portadas de interviu llamada Mujeres y Hombres y Viceversa, me lo creo todo mucho menos. Y que la principal trama argumental que una a nuestras protagonistas sea un concierto de Camela es un estereotipo tan trillado, que no logra hacernos ver lo que realmente se esconde detrás de estas mujeres, cual es su día a día real.
Es inevitable comparar este programa con Mujeres Ricas, después de todo nos encontramos ante una especie de spin-off, sin embargo aquel lograba convencer más dentro de su artificialidad. Quizá sean las circunstancias de las protagonistas, que en un caso no necesitan la televisión y viven ajenas al mundo de quienes la conectamos para ver sus vidas, mientras que en el otro han visto una oportunidad para prosperar, para conquistar su sueño de ser «colaboradora de un programa» o simplemente «mileurista». Ni uno ni otro son programas que me apetezca ver, pero este último además no consigo creermelo y, para ver ficción, ya tengo las series.
Pues yo me lo pasé genial viendolas… Como ficción es un programa muy entretenido… Aunque si te fijas, todo lo que pasa por el formato televisivo deja de ser realidad, pues hasta un reportaje normal y corriente lo escenifican para que quede luego bien ante las cámaras… Me gustan mucho más las chicas de barrio que las mujeres ricas, están más en contacto con la realidad social de la inmensa mayoría… Me encanta cuando una de ellas dice: «Yo quiero ser mileurista». ¡Qué gran realidad! Pues en la juventud española pocos son los que llegan a ganar mil euros mensuales, si por suerte tienen trabajo, claro. ¡¡Quiero más chicas de barrio!!