Hace unos días tuve la oportunidad de ver el primer episodio de Ángel o Demonio, la nueva serie de Plural para Telecinco que originalmente iba a ser emitida en Cuatro. A estas alturas, estos cambios de cadena nos pueden resultar indiferentes, pero creo que ser una creación para Cuatro aún mantiene un marchamo de cierta diferenciación que es importante resaltar, tanto de cara a las expectativas de la serie como de lo que podemos esperar en Telecinco si funciona.
Adiós al concepto de serie familiar, adios a la dramedia y bienvenidos a una serie oscura, arriesgada y con tramas episódicas que se cieran cada día, algo poco habitual en la ficción española, tan dada a arcos argumentales infinitos. Adios a los niños adorables, hola a la maldad personificada en una dulce personita a la que han optado por doblar para aumentar la sensación de desasosiego que produce su presencia. Añádele una música «de miedo» y confiesa que no estás del todo cómodo en tu silla.
Precisamente la música es un elemento fundamental en esta serie, intensa, a veces atronadora, logra crear un clima de tensión en ocasiones exagerado, que nos lleva a plantearnos aquello de si la mejor banda sonora es aquella que no se nota. En este caso, creo que acompaña al conjunto de forma extrama, pero acertada, conduciendo a una cabecera también destacable, en una época en la que estas piezas son cada vez más sencillas, reducidas e inadvertidas.
La serie está plagada de situaciones extremas que no dejarán indiferente: asesinato, suicidio , malos tratos, acoso escolar y por el momento poco sexo. Situaciones difíciles de tratar en un producto de ficción donde la línea entre la provocación y la simple escenificación en ocasiones puede llegar a ser muy deladg y no serán pocos los que vean una justificación de ciertas actitudes reprochables cuando tan solo nos encontramos ante una historia más. Aún no sé qué calificación por edad le asignarán, pero yo aviso, esta serie no es para todos los públicos.
Los protagonistas y sus interpretaciones son en general muy correctos, desde Mar Saura en su papel de zorra despiadada hasta Jaime Olías, el nuevo galán juvenil que va a arrasar entre las jovencitas, tan rubito él y con un primer plano a lo Crepúsculo que va a tirar del sillón a más de una adolescente. Junto a ellos, Aura Garrido, recién nominada a un Goya como mejor actriz revelación por su actuación en Planes para mañana, que se desenvuelve muy bien en su papel de soy un ángel pero no me lo termino de creer, ni sé cómo utilizarlo y la que para mí es la mejor de todo el reparto, Carla Sánchez, en el papel de la malvada niña Duna, que brilla especialmente por su lenguaje corporal.
Alguno de los diálogos está demasiado manido, cosas como «que nadie se acerque o me tiro» o «quiero un billete para el primer autobús» dan un poco de risa a estas alturas, pero una no sabe si es falta de imaginación o la inevitable referencia audiovisual que cualquier joven tiene en su mente y que seguramente, en un estado de desesperación, podría llevarles a copiar. Sigue sonando pobre cuando se escucha, pero encuentro modo de justificarlo, que no es poco.
Tan solo he visto el primer episodio, pero me atrevo a augurar que Ángel o Demonio tendrá éxito, especialmente entre el público jóven. Es algo diferente y eso siempre se agradece.
La verdad es que ha estado bastante bien, no estoy seguro, pero le auguro un buen dato y si todos los capitulos mantienen el nivel, tambien una larga trayectoria.