Es curioso observar como algunos programas de televisión tienen un éxito inesperado de la noche a la mañana, para luego agonizar sin motivo aparente y desaparecer por completo del radar del telespectador. El ejemplo más reciente ha sido Fama, el programa que Cuatro estrenaba hace ya tres temporadas en la sobremesa, con un éxito tremendo, no solo entre el target juvenil al que iba inicialmente dirigido, sino también entre espectadores más talluditos que logramos involucrarnos en la historia de estos niños bailones y sus tonterías adolescentes hasta el punto de lloriquear como ellos en los momentos clave, como la tremenda expulsión de Alex (que revisitada da hasta risa) o el bonito vídeo de despedida de la temporada.
Con un éxito así, parecía que Cuatro había dado en el clavo de los reality y que había encontrado su propio filón, haciendo daño a la audiencia de Sé lo que hicísteis, que por aquel entonces era la revolución de la sobremesa. Pero las cosas se torcieron rápido y, a lo aburrido de las galas finales emitidas en Prime Time, se sumaron distintas ediciones satélite, como la infantil o los rumores de una versión playera, una segunda temporada del concurso más flojita y una tercera que, pese a su cambio de nombre, solo ha logrado mantener una sensación de programa emblemático de Cuatro que no termina de arrancar.
Curiosamente, la fusión con Telecinco no ha condenado al programa a la cancelación, más bien al contrario: los nuevos directivos parecen creer en él, no en vano son los reyes del reality show de éxito y en su toma de posesión de las riendas de ambas cadenas, tan solo han anunciado un final precipitado para reflotar el programa de la mano de Tania Llasera. Parecería que se culpa a Paula Vázquez del poco empuje del programa, cuando ella es una de las pocas cosas atractivas que aún le quedan al formato, pero tampoco parece que la cosa tenga mucho espacio para la reinvención y un cambio de cara en la conducción parece la mejor idea cuando se sigue confiando en que Fama pueda dar un paso adelante.
Pese a las malas expectativas que esta fusión nos hace tener en ocasiones, que se opte por manener un programa juvenil a la hora que Telecinco sigue arrasando con Sálvame, apoya la teoría de que la suma de targets distintos para atraer a la mayor parte de la audiencia de una forma heterogénea es aún posible. Estoy segura de que no se escatimará en imágenes de los protagonistas en su tiempo libre, demostrando lo bien que se llevan algunos adolescentes hormonados y encerrados entre cuatro paredes o las broncas que pueden provocar tantos egos juntos en una sala rodeada de espejos, pero al menos mantendrán un programa que desde hace ya tres años forma parte de la columna vertebral de Cuatro y de su cuidada imagen de marca. El reto ahora es reflotarlo y lograr hacer de Fama lo que fue en un principio.
A mi Fama me gusta, pero sinceramente creo que este año no lo han hecho bien. Bajo mi punto de vista, tanto el nuevo horario, como la mecanica, incluso, el plató han fallado. Fama es para despues de comer, con la mecanica de siempre, que todos conocemos, y por favor! un poco mas de luz en ese plató que parece que estuvieramos viendo un late night.