Llevo semanas leyendo a mucha gente todas las bondades de esta nueva serie de AMC y he llegado a la conclusión de que es, nuevamente, una excelente producción de esta cadena que cada vez nos sorprende más con su buen hacer y sus elecciones en materia de series. Sin embargo, no tengo pensado verla, más allá de los primeros veinte minutos que pillé de casualidad hace unos días en Fox.
¿Por qué no voy a verla? Por algo tan sencillo como que no me gustan los zombies y me da lo mismo que la historia no sea una de zombies al uso, sino algo más profundo contado con la excusa de los muertos vivientes. Así era, por ejemplo, la primera temporada de True Blood, una historia de adaptación, de aceptación de quienes son diferentes a nosotros, que lo mismo podría haber tratado de un pueblo de blancos y negros, de locales e inmigrantes o de moros y cristianos, que de una historia de vampiros y mortales. El problema social estaba allí y esa era la base de su historia. No me interesan en absoluto las cosas de vampiros, pero True Blood lograba abstraerme de aquello y me permitía enfrascarme en el mensaje de fondo. Cuando en la segunda temporada se convirtió en algo más exagerado, por mucho que amparara una crítica a las religiones, me desconecté.
En The Walking Dead, intuyo por vuestros comentarios que la cosa puede ser parecida, que detrás de lo gore, de las persecuciones y los pedazos de carne podrida, se esconde algo más interesante y profundo, pero el envoltorio me resulta tan poco atractivo que no tengo interés en ver más allá y el éxito de los comics en los que está basada la serie entiendo que procede del hecho de ser una historia de zombies.
Es como ver The Good Wife si no te gustan las series de abogados o seguir la evolución psicológica de House si te aburren las de médicos. Por supuesto, en estas series hay mucho más que un procedimental o un comic traducido al audiovisual, las series actuales necesitan de esas capas, pero ha de gustarte la superficie para lograr engancharse y descubrir esa segunda y tercera capa o que estas seas tan intensas como para desdibujar la apariencia original.
Con The Walking Dead eso es muy difícil, no contéis conmigo para seguirla.
Exactamente lo mismo he pensado yo un par de veces. A mí la temática zombie no me atrae en absoluto, y la verdad es que me cuesta comprender su éxito de masas (lo que no significa que no lo respete).
Hace semanas que no hago otra cosa que leer comentarios sobre esta serie (lo que también dice mucho de la estupenda campaña que tiene montada) y empiezo a sentirme hasta culpable por no tener el menor interés. La sociedad tiene estas cosas, que tan pronto califican una cosa de «rara» o «friki», como se pirran por los zombies.