A veces me sorprendo con lo susceptibles que pueden llegar a ser algunas organizaciones, que critican las series antes de que estas se hayan estrenado por motivos de los más peregrino.
Sin embargo, cuando esperas que alguna de ellas dé la cara o monte un numerito, no aparece ninguna. Y es que lo de Supermodelo 2007 empieza a ser irritante: semana tras semana vemos como a un grupo de niñas que van desde los 16 a los veintitantos se les enseña a gritos que deben aceptar todo tipo de críticas, independientemente de como estas sean manifestadas, que los superiores o profesionales con los que trabajan pueden tratarte a voces, despectivamente o incluso denigrarte y tú debes agachar la cabeza, seguir trabajando e incluso dar las gracias por la oportunidad, porque eso es ser una profesional.
Y por si esto fuera poco, cada semana y por supuesto en busca de audiencia fácil, las chicas son expuestas a sesiones de fotos en top less (tapadas con largas coletas o bañeras de espuma), camisetas mojadas o besos de tornillo, porque eso es ser una modelo… y que a lasmás inocentesque no saben poner cara de golfas no se les ocurra protestar, porque reciben cuatro gritos y una acusación de falta de profesionalidad y poco menos que una invitación a hacer la maleta.
Me preocupa este tipo de programa, no tanto por lo que le estén haciendo a las concursantes, que están ahí porque quieren y porque sus padres admiten que se las trate de esa manera sino por lo que pueda estar transmitiendo un programa así a todas las jovencitas que lo estén viendo, que puedan pensar que lo normal cunado vas a trabajar es permitir que tus superiores te den voces de esa manera, que te traten con ese desprecio o que te digan que no vales nada con el sano pretexto de que te pongas las pilas.
Pero ¿esta gente de que va?
A mí también me parece increíble que nadie con relevancia mediática (o presión asociacional) haya dicho nada de todo esto. Este programa me pone de los nervios, me indigna ver cómo las niñas son tratadas según el antojo de la cadena, cómo sus padres no dicen nada y lo consienten, cómo ellas mismas no se plantan. Es un sumidero de lágrimas ñoñas, de machaques incansables y de sueños, y juguetes, rotos.
La televisión tiene responsabilidad ante la sociedad, lo quieran o no. Estamos formando telemonstruitos gracias a basuras como ésta de Supermodelo.
Todo mi desprecio, todo mi asco. Y todo mi cabreo. Grrrr….