Llevo un rato intentando sacar conclusiones de lo que ocurrió ayer en televisión y no tengo claro qué es lo que puede sacarse en claro de la actitud de las cadenas frente a la huelga. Hoy son muchas las cifras contradictorias que patronal, sindicatos y gobiernos reportan sobre la convocatoria pero, a efectos televisivos, más que un porcentaje de participación, lo que llamaba la atención era el tipo de incidencia que esta huelga tenía en las cadenas según su tipología.
Así, los canales de pago no se inmutaron y continuaron con su programación habitual. Algo muy sencillo al tratarse de producto enlatado. Por su parte, las cadenas privadas que emiten en abierto mantuvieron su programación en directo de forma bastante generalizada (en La Sexta es donde más se notó, al dejar de emitir sus tres programas estrella: SLQH, Buenafuente y El Intermedio). No me atrevo a decir que en su totalidad porque lógicamente no pude ver todos los programas de todas las cadenas, pero un rapido zapping apuntaba a que se trataba de un día normal. Tan solo Sálvame optó por emitir un programa grabado, pero dado el contenido repetitivo de un programa como ese, la diferencia apenas fué constatable.
La mayor incidencia, en las televisiones públicas: el programa en directo de la mañana fue sustituido por dos de las películas más antiguas que encontraron en los archivos, Cómo está el servicio y Don Erre que Erre, mientras que en Telemadrid solo pudimos ver una cartela en la que se anunciaba la imposibilidad de emitir contenido alguno por culpa de la huelga. Eso si, a la hora del fútbol debe ser cuando se pusieron en marcha los servicios mínimos, porque el Manchester United-Valencia se pudo ver sin problemas, hasta que la señal volvió a apagarse tras el pitido final.
Si las cadenas públicas están destinadas mayoritariamente a cumplir un servicio público, no entiendo como es posible que en un día en el que la información en directo es más importante que el resto de la semana, estos servicios informativos puedan estar «cerrados» mientras que el resto de canales atienden a las necesidades del espectador, no solo de estar informado, también de estar entretenido, que es parte fundamental de su función. No digo que no tengan derecho a estar en huelga, por supuesto que lo tienen, pero no me creo que los trabajadores de las públicas estén más a favor de las reivindicaciones de los convocantes que los de las privadas, no es eso. Seguiré buscando respuestas.
Totalmente de acuerdo.En un día en el que prima el interés informativo y la prestación de tal servicio público (el de informar a la ciudadanía), las TV públicas quedaron «retratadas»…Por suerte, Internet fue un buen remedio para conocer qué estaba pasando en la jornada.