Hace unas semanas Santi de la Flor solicitaba mi colaboración para un interesante ejercicio de predicción sobre lo que nos deparará la televisión en este año 2018 que ya ha entrado de lleno en acción. Es muy complicado hacer este tipo de predicciones pues, aunque algunas cosas se vean venir de lejos, la televisión tiene un punto de impredictibilidad que la hace sorprendente y que en los últimos años no depende tanto de la televisión en si misma como de la evolución de la sociedad, el uso de nuevas herramientas o simples comportamientos del espectador que nunca habríamos imaginado.
Pese a todo, aquí estamos, 23 valientes dispuestos a aventurar qué nos deparará la televisión en 2018.
En un ejercicio de despiste por mi parte, pensé que Santi me pedía predicciones para la televisión española, la europea y la norteamericana, en lugar de para solo una de ellas, así que le envié también unas ideas de cómo veía yo la industria en estos otros territorios.
¿Cómo será la televisión en 2018 en Europa?
Esta es la parte que me resulta más complicada de analizar, pero tiendo a pensar que la televisión en general, a nivel mundial y por tanto Europeo también, no es una de las industrias que más se estén beneficiando de la globalidad que proporciona internet. Pese a que las plataformas de pago de vídeo online han hecho más accesibles los contenidos de otros países, el grueso del negocio en cada territorio sigue siendo el local y el norteamericano. Se abren nuevas vías de distribución con plataformas como Amazon o Netflix que pueden ayudar a las productoras a vender su contenido en el exterior, pero el cambio sigue sin resultar significativo, mucho menos a nivel espectador. En lo meramente formal, si alguna vez pensamos que la internacionalización de la ficción española nos iba a traer finalmente unas series de duración razonable para poder venderlas más fácilmente en el mercado europeo o americano, es precisamente el hecho de distribuirlas a través de plataformas sin parrilla lo que definitivamente nos ha hecho perder ese tren.
¿Cómo será la televisión en 2018 en Estados Unidos?
El principal factor que va a afectar a la industria televisiva este año es uno ajeno a la industria en sí misma, uno con el que nadie contaba en sus previsiones ni en sus planes de negocio, incluso en las perspectivas más negras. Se trata de las decenas de denuncias por acoso o abusos que se están haciendo públicas y que están llevando a cadenas y plataformas de distribución a modificar sus planes de producción, sus guiones o directamente a cancelar algunas de sus producciones. El ejemplo más claro por el momento quizá sea el de Netflix, con la figura de Kevin Spacey a la cabeza. Quién en su momento fue el ejemplo de cómo la inteligencia artificial y el big data podían ayudar a crear series de éxito casi garantizado, cara visible de la popularidad de Netflix a través del tirón de House of Cards, se ha convertido en una de sus mayores pesadillas y la cara visible también de las pérdidas que ya ha dado por confirmadas la plataforma en este año fiscal en concepto de series canceladas o que no serán emitidas por respeto a las víctimas. Esta sea posiblemente la primera vez que un elemento externo a la industria ha afectado tanto a tantos niveles.
Creo que este será un año para trabajar en la parte de responsabilidad social que tienen las empresas de televisión, no solo con estas demandas, sino también con las iniciativas para equiparar roles y sueldos en función de raza o género. El reto será pasar de contemplar estas cuestiones como una mera campaña de marketing o para adaptarse a un entorno puntualmente en el principal foco de atención, a consolidarlo como parte de la identidad corporativa de las empresas, como un avance real en los derechos de los trabajadores y las personas.