Llamemos a las cosas por su nombre: un spin-off es una nueva serie que protagoniza un personaje regular de la serie original, como el caso de Private Practice en que Addison Montgomery se mudaba a Los Ángeles para trabajar en una nueva clínica. Si Addison solo hubiera estado presente en un episodio de Anatomía de Grey, aquello no hubiera sido un spin-off sino una presentación coyuntural de un personaje que después protagonizaría su propia serie, a modo puramente anecdótico. Como tampoco son spin-off los sucesivos CSI que se han ido emitiendo y que se abrían a los ojos de los espectadores cuando alguno de los protagonistas de la nueva serie aparecía en una de las tramas de la antigua, pero solo para ser presentado y no como personaje regular, creando así una franquicia, que es otro concepto, parecido, pero no un spin-off.
Si queremos llamarlo así, bien, si ABC quiere promocionarlo de esta manera, vale, pero cuando alguien publica «Anatomía de Grey tendrá un spin-off» la mente del espectador lo primero que hace es repasar la lista de candidatos a salir de Seattle Grace y protagonizar su propia serie en otro hospital o ciudad. Si ninguno de ellos va a estar en la nueva producción, no se trata de un spin-offy la mera aparición del protagonista en uno de los episodios de Anatomía no lo convierte en tal, por mucho que Shonda se empeñe.
Y es que, según parece, hay en marcha un proyecto para una serie de bomberos que, producida por Shondaland y al estilo Anatomía de Grey, presentará a su protagonista en un episodio de esta última, creando relaciones con los internos de Seattle que posiblemente puedan generar algún cameo posterior en sucesivas temporadas, toda vez que los bomberos y los hospitales tienen muchas cosas en común pero, dado que en este momento no existen personajes de estas características que puedan independizarse en una nueva serie y ganar su propio protagonismo, esto NO es un spin-off.
Si lo son, y por cierto de mucho éxito, Better call Saul, que recogía las peripecias del abogado de Breaking Bad para morriñosos de Walter White o la gran The Good Fight, que no solo nos recuerda cuan grande era el personaje de Diane Lockhart y lo petarda que llegó a ser Alicia Florrick, sino que ha conseguido mantener el pulso de la serie original con la maestría de aquella. Personajes protagonistas en una y otra serie que ya tenían su sitio en la obra de la que parten, a los que ya conocíamos y queríamos de forma natural, orgánica como se dice ahora, y de los que no necesitamos descripción en su nuevo trabajo o circunstancia porque ese camino ya lo tenemos andado.
Utilizar una serie de éxito para dar a conocer un nuevo personaje que protagonizará una nueva serie de la misma cadena es una estupenda idea, pero por favor, no lo llamemos lo que no es que nos liamos.
La verdad es que Grey y su anatomía hace años que dejé de verla, Shonda me resulta tan petarda como Alicia Florrick, pero The Good Fight es una master piece!!! 100% recomendada a cualquier navegante que lea este comentario.