Ayer terminé de ver la tercera temporada de Mozart in the Jungle, una serie cuya primera temporada me encandiló y que poco a poco ha ido perdiendo brillo y originalidad para convertirse en una serie corriente, con problemas de gente corriente y algún que otro personaje estridente que le aporta un ocasional punch.
Es lo que ha ocurrido este año con la presencia de Mónica Bellucci como un estrella de la ópera venida a menos, un papel que le sentaba como anillo al dedo y que venía adornado por unos fabulosos exteriores rodados en Venecia, algo desdibujados cada vez que saltaba el playback de la actriz, pero muy agradecidos. La presencia ‘la fiamma’ apuntaba a hilo conductor de la temporada, pero se quedó en apenas un paréntesis de la historia, que regresa a Nueva York para ahondar en los problemas de financiación de la orquesta, la tensión sexual entre Hailey y el maestro y la relación entre Thomas y Gloria.
Pero todo se ha quedado en hilado, todo ha sido poco más que un entretenimiento ligero, con altibajos, aburrida por momentos y sin la fuerza que caracterizó su primera temporada. Hailey además empieza a resultarme algo cargante, con su ceceo, su capacidad para hacer cualquier cosa, desde encargarse del vestuario a dirigir una pequeña orquesta, pasando por su impostada apariencia física.
Me interesaba mucho más la serie cuando la historia se centraba en la orquesta, cuando esta funcionaba como personaje, cuando todo giraba en torno a ella y sus integrantes eran secundarios de su propia historia. Secundarios con historias muy reales e interesantes dentro de su simplicidad, pero que conformaban un conjunto muy valioso y potente, que se armaba con la fuerza de las piezas que interpretaban y que en esta tercera temporada desaparece por completo en una novelita romántica.
Empezaré a ver su cuarta temporada si finalmente sale adelante, pues aún no está anunciada, pero no tengo claro que, de seguir por estos derroteros, vaya a completarla. Por lo que se ve, la maldición de la segunda temporada que hasta hace unos años atacaba a las series de gran éxito en su estreno y que hacía muy difícil mantener el nivel en su segunda, se ha trasladado ahora a la tercera edición de las mismas, pues no es este el único ejemplo reciente… ya hablaremos otro día de The Affair.