Que nadie me pregunte por qué esta serie se llama así cuando no tiene nada que ver con el movimiento gótico en ninguna de sus posibles acepciones, más allá de la posible majestuosidad de la casa familiar en que se sucede parte de la trama o de lo perturbado que pueda estar alguno de sus habitantes. Y que nadie se deje llevar por la imagen, que es mera pose, supongo que para justificar el título. Un nombre que podría sugerir un tipo de serie que aparentemente nada tiene que ver con lo que vemos, una historia tan básica como posiblemente entretenida si la saben llevar bien.
Para aquellos a los que gustan las recomendaciones tipo «si te gustó esto, posiblemente te gustará esto otro» American Gothic encaja en el tipo de serie donde también encajaba The Family y, aunque no tiene un episodio piloto tan bueno, sí comparte muchos de los elementos que me hacen pensar que puede resultar entretenida, aunque poco más. Igual que aquella, American Gothic se centra en la vida de una adinerada familia de Boston que debe enfrentarse a la carrera política de unos de sus miembros mientras resurgen algunas cuestiones del pasado que pueden destapar oscuros secretos. Cuestiones del pasado que la policía investiga con mucho interés y que hacen de la trama esencial de la serie un puro episodio de cualquier serie policíaca, solo que en este caso se extiende a una temporada completa, lo que supone trabajar en historias paralelas que puedan alimentar el metraje.
Políticos, relaciones públicas, constructores, policías, drogadictos en rehabilitación, niños que parecen sacados de la casa de El Resplandor y un desván lleno de oscuros secretos (bueno, no es un desván, es un garaje, pero con todo el misterio de un clásico desván de novela). Accidentes fortuitos y asesinatos, confesiones en el lecho de muerte y regresos inesperados, en definitiva, los ingredientes de cualquier película de sobremesa con el presupuesto de una serie de la CBS. Solo llevan un episodio, pero me sorprendería que pasaran de temporada completa.
Si te gustan los misterios y tienes un rato, échale un ojo.