Decía ayer, a propósito de mi entrada sobre This is Us, que era importante escribir sobre ella y comentarla antes de ponerse a ver y comentar esta otra serie, Better Things. Evidentemente, no es imprescindible ver una detrás de la otra ni, por supuesto, ver las dos, pero me parece interesante la comparativa que puede llegar a establecerse entre dos series que, abordando temas tan universales como la familia y las dificultades para gestionar la vida de cada uno con las circunstancia que esta nos plantea, adopta miradas tan aparentemente diferentes.
A diferencia del sentimentalismo y cierto buenísmo con el que se afronta This is Us, en Better Things todo está contado desde un punto de vista algo cínico, no en balde uno de sus principales responsables, junto a la también protagonista Pamela Adlon, es Louis C.K. Se trata en este caso de una «comedia» (lo pongo entre paréntesis porque, una vez más, como ocurre con otras piezas de ficción, es la duración de los episodios la que establece si nos encontramos ante una comedia o un drama, una categorización a menudo injusta), en la que Adlon interpreta a una madre divorciada, con un exmarido ausente, responsable de tres hijas tan distintas como necesitadas de atención. La pequeña es puro amor, la mediana no está contenta con la sexualidad que le ha tocado y la mayor, en plena adolescencia, culpa a su madre de todos sus males. Que la abuela viva a apenas unos pasos de su casa podría ser una buena noticia y una ayuda imprescindible, aunque la realidad sea un poco más caótica.
Con este panorama no es fácil sacar adelante la complicada carrera de actriz, de la que vive la protagonista, una carrera que es la excusa perfecta para los cameos de caras muy conocidas de las series norteamericanas, hasta el momento Julie Bowen y David Duchovny y para mostrar la vida disfuncional de algunos de sus amigos y compañeros de profesión con los que no parece tener mucho en común. También Lenny Kravitz tiene un papelito que merece la pena no perderse, lo que me recuerda que la selección musical de los episodios es también muy destacable, consiguiendo destacar el ambiente y las emociones que transcurren en cada momento.
En medio de toda esta sucesión de obligaciones familiares, de viajes de trabajo, de aguantar los vaivenes de la profesión y los muchos cretinos que la rodean, es importante mantener la calma y ser capaz de salir adelante sin desatender a una familia que necesita mucha atención, sin perder la propia personalidad, sin abandonarse, manteniendo el espíritu joven y las ganas de salir con amigos, de buscar una nueva pareja o una simple noche de sexo. No parece que Sam vaya por el mal camino, pero le está costando mantenerse firme y a veces cuerda en todo el proceso. Desde el episodio uno yo soy totalmente fan y quiero que le vaya bien. Absolutamente recomendable.