Parece un titular de El Mundo Today pero no, es una afirmación seria de un investigador que asume que la televisión ha alcanzado niveles preocupantes de consumo, hasta el punto de ser ya un peligro para la reproducción humana, especialmente modelos de explotación como HBO o Netflix y su ya peligro público número 1, el ‘binge watching’. Al leer la noticia, no he podido evitar recordar la tarjeta de felicitación que acompañaba a un pequeño televisor que me regalaron cuando me casé: «El mejor anticonceptivo: un televisor para el dormitorio».
Entrando algo más en la historia, no se le echa la culpa entera a la televisión, pero si parece existir cierta preocupación por cómo las tecnologías están afectando a las parejas, que antes utilizaban cualquier ratito muerto para compartir un poco de amor y ahora en cambio, no es que sustituyan una cosa por la otra, es que simplemente no encuentran esos momentos de aburrimiento porque siempre hay algo nuevo en Facebook, Snapchat o un maratón de serie esperando. Aquello de «termino este episodio y ya me voy a la cama» ha desaparecido y ahora, cuando ves un episodio detrás de otro, lo más probable es que llegues a la cama y tu pareja esté ya en el tercer o cuarto sueño, con esa carita de bueno que hace que ni te plantees despertarlo.
¿Es realmente el consumo maratoniano de series un peligro para la perpetuación de la especie? Posiblemente no, pero de serlo, estas serían algunas de las series culpables en primera instancia, según un reciente estudio de Netflix
- Breaking Bad
- Sons of Anarchy
- The Fall
- The Walking Dead
- American Horror Story
- Orphan Black
- Los 100
- Los 4400
- Sense8
- Scream
- Heroes
- Z Nation
- Hemlock Grove
- The Following
- The Killing
- Ascension
- Between
- Dexter
De lo que no hay ninguna duda es de que los hábitos de consumo han cambiado notablemente y, pese a que algunos otros investigadores se han pasado años anunciando el futuro de la televisión como algo negro y casi casi zombie (ya menos, también es cierto), las estadísticas arrojan datos completamente opuestos, datos que hablan de incremento o mantenimiento del consumo de televisión lineal, al mismo tiempo que el consumo a la carta y en otros dispositivos que no son estrictamente el televisor del salón se disparan.
La adaptación de la industria televisiva a los nuevos tiempos ha sido lenta, pero en términos globales está evolucionando muy rápido y bien, gracias especialmente a la aparición de nuevos actores completamente rompedores que han obligado a los tradicionales a subirse a un carro que empezaron por considerar el enemigo pero que, como ocurre muchas veces, los está haciendo mejores. Aún son tiempos complicados para los que vivían bien asentados en sus puestos de privilegio, pero no les veo malas perspectivas… tampoco a la especie humana, la verdad, aunque igual era divertido hacer una estadística de cuánto hemos procreado los críticos de televisión 😉