Aunque aún no ha sido confirmado de forma oficial por parte de Atresmedia, todo apunta a que la próxima edición de Pekín Express, cuya grabación ya ha finalizado, se verá en La Sexta. Así lo indican algunos medios, que afirman que el departamento de ventas ofrece el programa a los anunciantes como parte de la parrilla de La Sexta, en un movimiento que podríamos consideración de degradación del programa (en el sentido de llevarlo a un canal con menos audiencia potencial) pero que puede hacer que su rendimiento sea mucho mayor y, con unas expectativas diferentes, se convierta en un éxito para la cadena en que se emite.
Al final, como ocurre con tantas otras cosas, no solo en televisión, el desempeño de los programas no depende solo de los resultados individuales y fríos que estos hagan, sino de lo que a priori se espere de ellos y del contexto en el que midamos, en este caso, la audiencia media de un canal que funciona muy bien en su espacio, que está lejos del de su hermana mayor, Antena 3, pero lejos también, en este caso por arriba, del resto de canales que podemos considerar «de segunda línea».
Habrá que esperar, por supuesto, a ver los resultados que consiguen los nuevos aventureros guiados por Cristina Pedroche pero, de entrada parece un movimiento inteligente y una prueba, la enésima ya, de que el público de Antena 3 no está para realities, aunque estos se basen en el esfuerzo físico y cierto grado de supervivencia y no en el griterío generalizado. Sorprende que en esta línea, tan clara, funcione relativamente bien la noche de los lunes con Casados a primera vista, una anomalía para la que no encuentro argumentos.
Sin confirmación de la cadena que finalmente emitirá el programa, la fecha de estreno es también una incógnita, pero sí sabemos que estas semanas de grabación han sido un soplo de aire fresco en el panorama Pedroche, absolutamente saturado con la presentadora y a quién vendría muy bien que el estreno de Pekín Express tuviera lugar antes de su regreso a cualquier otro programa, antes de que, otra vez, todo el mundo reclame su presencia en pantalla. Aunque todo lo que genera polémica en torno a la presentadora acostumbra a traducirse en audiencia y expectación, estos movimientos de amor y odio dan buen resultado para otro tipo de programas, pero no para uno que pretende ser serio, que aspira a premiar el esfuerzo, la capacidad de superación, el trabajo en equipo.
La sobreexposición ha sido, muy posiblemente, el peor enemigo de Cristina Pedroche a la hora de valorar su trabajo en la primera edición del programa y, aunque es cierto que en las primeras entregas se la veía poco natural y con el guión demasiado aprendido, nada ha jugado peor en su contra que la mochila que arrastraba de una mal medida exposición en todos los medios. Y con las críticas a su conductora, venían las críticas al programa como conjunto y una dificultad manifiesta para no hacer comparaciones con sus predecesores en el puesto de dirección de carrera, con un perfil completamente diferente.
Es buena idea que Antena 3 no se acomode en lo que sabe que le funciona bien, que intente siempre incorporar nuevos formatos, que apueste por rejuvenecer su audiencia con otros personajes y que busque las sinergias entre sus dos principales canales, pero cuidado con quemar a los profesionales que al final pueden arrastrar los programas consigo.