Esta semana es la última en que TVE emite Esto es vida, el programa de Cristina Lasvignes que nació con vocación de servicio público, pero que tenía las horas muy contadas desde su arranque, en uno de esos ejemplos en los que cuesta creer que el proyecto haya pasado los filtros y llegado a emisión, aunque no sea lo peor de su franja.
Me da pena que no haya funcionado, primero por la valía que tiene su presentadora, una Lasvignes que tuvo un cierto éxito televisivo hace años en Antena 3 y que después no ha logrado un nuevo proyecto en primera línea y segundo, por una cosa tan tonta como la valentía que demostró dando el pecho en su primer programa, como un gesto de conciliación y orgullo materno que a veces es muy necesario y que, sin embargo y afortunadamente, parece que ya no causa revuelo ni polémica, pues lo tenemos muy superado y le damos más importancia a otras cuestiones relacionadas con la maternidad y la vida familiar que al hecho natural de dar el pecho a nuestros hijos en público. Bien por nosotros, que también hay que decirlo a veces.
Pero volviendo al tema estrictamente televisivo, Esto es vida ha durado apenas tres meses en pantalla, con una cuota de audiencia del 6%, insuficiente para la cadena pública y supongo que muy arrastrada por el docureality que le precede y que es, claramente, uno de los peores programas de la parrilla televisiva actual. Malos actores, exceso de drama, un sinsentido que convierte en entretenimiento de primera las historias personales que los espectadores de La mañana cuentan a Mariló cada día en su sección de salud, el otro docureality que se emite a esa misma hora en Sálvame y no digamos ya las vueltas que da la vida de ficción de los centenares de episodios que lleva acumulados ya El secreto de Puente Viejo.
Debe ser precisamente la sección de salud de La mañana una de las más exitosas de TVE y uno de los motivos que llevaron a su dirección, la de la cadena, a pensar que estirar la temática a la tarde podría dar con la clave de lo que el público de cierta edad está buscando, en un nuevo ejemplo de cómo se siguen apoyando en un target equivocado. Equivocado y aburrido de escuchar hablar de enfermedades y remedios, de achaques y medicinas, por mucho que en la tarde vengan acompañados de la dulzura de Cristina Lasvignes y la simpatía y amabilidad de su equipo de médicos.
¿Podría haber funcionado? Pues quizá, pero nunca con esa cosa llamada Centro Médico antes.
Ah! Pues mira, no tenía ni idea de que se había dado el pecho en TVE, se ve que eso llama menos la atención que darlo en el Congreso, o que Cristina es más mona que Carolina… Quién sabe por qué un pecho se asume y otro no.
En otro orden de cosas, viva la madre que parió al lumbreras de director de contenidos de TVE , he visto un minuto de este programa en toda su emisión. Horrible. Claro que a mi Marilo y sus mariloladas también me hacen apagar la tele con fuertes convulsiones. Total… Mucho mejor mirar una pared con gotele.