De la misma manera que buscamos constantemente la nueva Perdidos (sin éxito por el momento), desde que desapareció Friends, todas las series con un punto de partida similar han apuntado a sucederla.
Sitcoms con historias de jóvenes treintañeros en proceso de pasar de la loca juventud a la vida asentada del trabajador con ganas de ser independiente o incluso montar una familia, han sido consideradas en algún momento la posible sucesora de Friends. Sin éxito por el momento, aunque Cómo conocía a vuestra madre sumó muchas papeletas y años en emisión como para poder considerarla la que más cerca ha estado.
Hasta que dio comienzo la nueva temporada de The Big Bang Theory y viendo el primer episodio no pude reprimir la sensación de que, efectivamente, nos encontrábamos ante la nueva heredera de Friends. No me matéis aún, dejad que me explique.
Dos apartamentos en un mismo edificio de pisos, los chicos viven en uno de ellos, la chica enfrente. Otros amigos y amigas que van y vienen, siempre con los dos apartamentos como centro principal de la acción. Unos tienen trabajo estable, en la universidad, mientras otros buscan aún su sitio. Novios, novias que van y vienen y al final, una pareja formada por un miembro de cada uno de los apartamentos. Y todos deseando encontrar a esa persona que encaje en sus vidas «para siempre». Ah, y no quedan en un bar, pero las reuniones en casa para comer comida prefabricada cumplen la misma función que el Central Perk. No es Nueva York, pero Pasadena tiene tanto que ofrecer en una historia en la que rara vez se ve el exterior.
Obviamente, The Big Bang Theory no empezó como una historia en casi nada similar a Friends. Su principal reclamo eran las peripecias de un grupo de geeks, inadaptados por su propia inteligencia, incapaces de mantener una conversación normal sin recurrir a la ciencia y con multitud de referencias frikis. Con el paso del tiempo, el geekismo ha pasado a un segundo nivel, las rarezas de estos protagonistas lo son más por cuestiones ajenas a su profesión y coeficiente intelectual y la gracia reside en ver como evolucionan sus relaciones de pareja y entre ellos mismos.
Personalmente, creo que la serie ha perdido mucha de su identidad, de esa que la hacía especial y ahora se ha convertido en otra cosa. Obviamente, no llegará a ser Friends porque no está en su ADN, pero la tendencia yo la veo clara.
Hombre, si prescinde de lo de tener gracia, lo demás si que se parece