Dice Netflix en su habitual línea de discurso, esa que nos hace pensar que todo lo que hacen está matemáticamente controlado y basado única y exclusivamente en el ‘big data’, que saben perfectamente en qué episodio de cada una de las principales series del momento sus espectadores se cuelgan con ellas.
Así, han analizado los patrones de consumo durante los meses de enero a julio de 2015, de series como Better call Saul, Mad Men, Orange is the New Black, Bates Motel, How I met your Mother o The Blacklist, entre otras, y han definido en cual de los episodios de cada una de ellas la gente se cuelga irremediablemente, tomando como referencia a partir de qué episodio más del 70% de los usuarios siguieron con ella hasta el final.
Con estos datos, la compañía afirma que el éxito de un piloto de una serie no es representativo de la evolución que esta tendrá en el curso de su emisión y que los datos fiables solo pueden ser fruto del análisis de consumo de temporadas completas, algo en lo que, como todos sabemos ya, Netflix es especialista.
En su análisis se han observado interesantes diferencias culturales, que hacen que las mismas producciones tengan distintos resultados según la región en que se emitan, no solo en volumen de espectadores, también en el punto en el que estos pasan de ser meros consumidores a fans entregados. Y así, en Holanda, por ejemplo, se observa un a mayor facilidad para fidelizar al espectador, que se engancha un episodio antes que los demás, mientras que en Australia o Nueva Zelanda, son algo más duros y necesitan un par de episodios más para comprometerse. Datos que solo sirven para observar los mecanismos de un mundo globalizado en el que, para exportar los productos audiovisuales, habrá que tomar como referencia una región concreta por la que empezar o nos podemos volver locos intentando contentarlas a todas.
La noticia ha dado la vuelta al mundo como un mantra que podría servir de garantía de éxito para el siempre complicado mercado audiovisual, ese que no tiene reglas ni ingredientes mágicos que puedan predecir el buen funcionamiento de un determinado programa, que misteriosamente hacen fracasar proyectos que en otro canal y casi con los mismos mimbres resultan un éxito. Pese a ello, hay quién pone en duda el valor de estos resultados apelando a una cuestión esencial: con esta manera de medir ¿cómo saber quién se enganchó a una serie ya desde el episodio piloto?
Pero no es la única duda que surge cuando se abordan los resultados del estudio desde un punto crítico, en Cnet también se preguntan ¿pueden evaluarse de la misma manera las series con temporadas de 23 episodios que aquellas que solo tienen 10 ó 13? ¿Y qué hacer con aquellas series que son originales frente a las que provienen de un proyecto cinematográfico o son un ‘spin-off’ de una serie anterior? Son preguntas legítimas que en nada echan por tierra el análisis individualizado de cual es el episodio concreto de una serie particular en el que los espectadores se quedan enganchados, aunque es cierto que este dato puede verse afectado sobremanera por elementos externos. En mi opinión, es fundamental también conocer la diferencia entre aquellas series que emite Netflix, pero no son originales y por tanto pueden verse en otros canales, se han visto efectivamente antes o se muestran semana a semana en su cadena de referencia, frente a aquellas otras que se lanzan de una sola vez como producto original de Netflix.
Sea como sea, al final se trata únicamente de jugar con los datos, de establecer parámetros de consumo basados en la cantidad ingente de información que los usuarios proporcionan a la plataforma y que, en última instancia, generan notas de prensa, comentarios, críticas y todo tipo de conversaciones en torno a Netflix, haciéndolo un producto muy atractivo y llegando a convertirlo en el gurú de la nueva televisión.
Lejos de parecer catastrofista, yo hubiera hecho el ejercicio contrario y hubiera mirado cuales son los saltos del tiburón de las series mas conocidas que hacen que la gente las abandone mayoritariamente, ese sí que sería un ejercicio entretenido.