En inglés, que es mucho más descriptivo, ‘fucked people’.
Eso es lo que son los protagonistas de la nueva temporada de True Detective, una triste pandilla de desgraciados que no han sido capaces de sacar adelante sus vidas con un poco de dignidad, unos protagonistas llenos de complejos, un pasado oscuro y muy poca capacidad para enfrentarse a unos problemas que prefieren ahogar en alcohol o poniendo su vida al límite para sentir que están vivos.
Esto es lo que nos deja el primer episodio del nuevo True Detective que, tras leer unas cuantas opiniones, pensaba que sería algo más decepcionante. Nunca fui yo una fangirl de la primera temporada, aunque he de reconocer que me conquistaron con la presencia impecable de sus dos protagonistas, principal virtud de una historia que estaba bien llevada, pero que no destacaba especialmente y que incluso llegó a flojear bastante con el desenlace. Esa misma historia con los actores de esta segunda hubiera sido una buena serie, pero seguramente no hubiera sido el bombazo que fue.
Es por ello que, antes incluso de comenzar a emitirse esta segunda entrega, todos sabíamos ya que la ausencia de Matthew McConaughey y Woody Harrelson iba a ser un lastre y así ha sido, no tanto por lo flojo de la historia, como por la incapacidad de sus nuevos protagonistas de estar a la altura de sus predecesores. Y no es que estén mal, de hecho, tanto Taylor Kitsch como Rachael McAdams están tan fuera de su registro habitual, que me sorprende ver que aguantan el cambio razonablemente bien, sino que estamos demasiado pendientes, que no son Matt y Woody.
Este primer episodio no ha sido trepidante, no ha marcado la líneas claras de una historia y solo al final se ha destapado el verdadero foco de un crimen que marcará o debería marcar el interés de la trama. En un ejemplo más de historia asfixiante en entornos cutres y deprimentes (o hacen muchas de estas últimamente o soy yo que las voy buscando) y, a diferencia de muchos otros que ya la han visto y consideran que no tienen nada de interesante, yo no me he sentido defraudada en absoluto y estoy esperando a ver qué nos cuentan en el segundo episodio.
Quizá que la primera temporada no me pareciera tan exageradamente buena como a otros haya hecho que el inicio de esta segunda tampoco me haya defraudado como a ellos. Todo tiene sus ventajas.