Antena 3 ha estrenado Pekín Express y podría llegar a parecer que el programa siempre estuvo ahí, que nunca se emitió en otro canal, mucho menos en la más cercana competencia. Y es que el equipo de Boomerang TV ha replicado casi con exactitud el formato que tan bien conocen y Antena 3 no ha querido hacer demasiados cambios, conscientes como son de que dar un vuelco a un programa tan particular y tan reconocible quizá podría haber supuesto un fracaso.
La reducción de las parejas concursantes a solo ocho, tantas como etapas tendrá el concurso y la necesaria sustitución de directora de carrera no han supuesto un cambio ni en el tono ni en la percepción general del programa y todo fluye de manera casi idéntica a sus emisiones anteriores (hay cambios si, pero más relacionados con la idea de revitalizar el programa que con la de hacerlo distinto).
Si algo de crítica se ha podido percibir en la audiencia habitual del programa es el exceso de duración, con una frenética sucesión de pruebas, que han provocado cierta saturación y una mayor dificultad para conocer a los concursantes en un tono relajado y conviviendo con las familias que les acogen, uno de los momentos tradicionalmente más simpáticos del programa.
En este sentido, la reducción de parejas proporciona más tiempo en pantalla a cada una de ellas, lo que redunda en una más rápida identificación de sus particularidades, sus personalidades, su defectos, virtudes y la más que evidente trospidez de algunos de ellos.
Por último, si en algo se centraban todas las miradas en el arranque de esta edición era en la figura de Cristina Pedroche, el perejil de todas las salsas en Atresmedia y que, por primera vez, daba el salto a una posición protagonista. La prueba la pasa con un aprobado muy raspadillo, pues lo mejor que tiene Pedroche es su naturalidad y esta queda completamente anulada en Pekín Express. Su necesario carácter serio y sus constantes referencias a la cultura e historia de las zonas por las que pasan, a modo de documental de viajes, no parecen encajar del todo con la personalidad que estamos acostumbrados a ver en ella y la hacen parecer insegura y nerviosa. Quizá en próximas entregas haya retomado un tono más jovial y nos permita disfrutar de su arrolladora naturalidad, motivo principal de su éxito.
Si te gustaba Pekín Express en Cuatro, te gustará en Antena 3.