¿Cuando dejamos de valorar a los lectores por ser amantes de las series como nosotros y empezamos a primar el ser el primero en contar el notición?
No lo sé, pero la que se ha liado hoy en redes sociales con los eventos del último episodio de Anatomía de Grey emitido en EE.UU. ha sido buena. Por no entrar en demasiados detalles, diré únicamente que un suceso importante y prácticamente inesperado ha llenado de titulares los medios televisivos norteamericanos (después de la emisión del episodio), y también los españoles (cuando es físicamente imposible que ni un solo habitante de este país que haya dormido durante la noche haya visto aún lo ocurrido). La principal consecuencia: miles de seguidores de la serie se han visto sorprendidos, no con la trama, sino con la información sobre la trama, es decir, nos hemos comido un spoiler del tamaño de once años de seguimiento de la serie.
En estos casos siempre surgen las mismas protestas por parte de unos y los mismos argumentos defensivos por parte de otros. «Que si una vez que se ha emitido no es spoiler», «Que si no existe un tiempo establecido según el cual el spoiler deja de serlo», «Que si ya no os leo más», «Que si yo solo doy noticias»… y así, un sinfín de conversaciones, más o menos agrias, en las que todo el mundo lleva su parte de razón y donde cada cual nos situamos según nos toca en esta película.
Personalmente, soy de la opinión de que pueden hacerse las cosas bien, agradando a unos y otros, dando la noticia y al mismo tiempo protegiendo la información de los ojos de quién no la quiere conocer, porque prefiere vivir la experiencia de descubrirla. Pese a que hoy eso parece un imposible, en Bluper han demostrado que no lo es, con este titular, absolutamente respetuoso con el seguidor de la serie y donde solo los más curiosos entrarán, bajo su propia responsabilidad. No es menos cierto que, una vez en la página, no se conserva la prudencia y el titular es mucho más explícito. Aún así, esto no refuta la idea de que puede hablarse del tema sin entrar de lleno en dar la información en titulares.
(POSIBLE SPOILER EN ESTE PÁRRAFO. TE LO PUEDES SALTAR SI TIENES LA SUERTE DE NO HABERLO PILLADO EN OTRO SITIO). Son posiblemente los únicos que han respetado al seguidor habitual de la serie, tanto más dañado por la revelación cuanto más fiel seguidor de la historia sea, pues a los que van con varios episodios o temporadas de retraso la noticia no les afectará tanto como a aquellos que, habiendo visto el episodio de la pasada semana, nos quedamos en un ay con esa escena final.
La principal razón que todos los medios spoileadores aducen hoy para sus titulares es la necesidad de informar, de dar noticias. Dicen que esperar para comentarlo, no ya a que la serie se emita en España, sino apenas 24 horas, hace que ya no tenga relevancia, que deje de ser importante, como si nos encontráramos ante medios que dan noticias urgentes sobre la televisión, como si lo que ocurre en las series de ficción fuera una realidad a la que hay que hacer un seguimiento exhaustivo. Y aquí es dónde creo que estos medios están equivocándose, donde han abrazado una evolución que los convierte en otra cosa, que los cambia por completo a los ojos de los seriéfilos, de algunos seriéfilos al menos.
La actualidad televisiva no es, por mucho que los tiempos hayan cambiado y las noticias fluyan de otra manera, más vertiginosa, una necesidad inminente. Mucho menos lo es la actualidad sobre lo que ocurre dentro de las series, que no es una realidad, no ocurre en ningún sitio. La conversación sobre las series de televisión ha crecido y se ha convertido en relevante, en un auténtico fenómeno, porque los espectadores han encontrado iguales con los que compartir su pasión, con los que discutir sobre esos personajes y esas situaciones que les enganchan, que les fascinan. Pero, para comentar esas cosas han de verlas primero, han de disfrutarlas, de sentirlas, tienen que emocionarse, cabrearse, llorar, desternillarse. No vale con saber si alguien muere, huye dejando a su pareja en el altar o sufre una masacre en plena celebración de una boda, hay que experimentarlo, que verlo. Si les privamos de esa sorpresa, de esa emoción, del interés por saber qué va a ocurrir, si sus sospechas son ciertas, si ese ‘cliffhanger’ tiene el peor de los desenlaces ¿qué bien le estamos haciendo?
Quien nos lee cuando escribimos sobre series nos lee porque comparte nuestra pasión, no creo que nadie busque, ni siquiera en los medios más informativos, que se les cuenten las tramas de las series que sigue. Ser los primeros en contar los acontecimientos de una serie como si fuera un notición imprescindible solo sirve a aquellos a quienes la serie en cuestión no les importa, a aquellos que solo pasaban por allí. Quienes han estado once años, con sus inevitables altibajos, pegados a una historia, a esos, no se les hace ningún favor y ellos son precisamente los más interesados en las noticias relacionadas con esa serie en concreto. Lo mire por dónde lo mire, no veo las ventajas.
Hace unos días un personaje importante desaparecía para siempre de su serie, emitida durante cuatro años, y no recuerdo haber visto titulares sobre el asunto como lo que hoy llenan todas las páginas de televisión. En ese caso no me afectaba porque no soy seguidora y, por lo tanto, no hubiera sido en ningún caso un spoiler. Precisamente porque no veo la serie, la noticia me resultó casi irrelevante, porque estas cosas solo son noticia para quién sigue la serie, para quién puede verdaderamente verse afectado por una información que le estropea la experiencia. Sí, también es cierto que hay quienes disfrutan conociendo de antemano lo que va a pasar pero, seamos serios, los creadores y las cadenas no esconden sus cartas porque sean torpes, lo hacen porque saben que en la sorpresa, en el shock de lo inesperado, está parte de su éxito.
Yo no defiendo que las cosas no se cuenten con inmediatez, que no sea lo primero sobre lo que escribe uno por la mañana o de madrugada, tras horas en vela esperando confirmación de la noticia. Lo que pido, lo que creo que es razonable, es proteger a quién quiere estar informado del día a día de la televisión con la tranquilidad de que eso no le va a impedir llegar a la pantalla con la inocencia de quién solo teme, sin certeza, de quién guarda la esperanza de que aquello terrible que podría pasar, al final se resolverá con una explicación más o menos coherente.
Yo solo pido que los medios televisivos dejen de creerse la agencia EFE de las tramas de series y vuelvan a aquel precioso momento en el que todos éramos apasionados de la televisión escribiendo sobre aquello que nos gustaba y compartíamos.
[…] ha sido por “Anatomía de Grey” y ha provocado posts interesantes sobre el tema en Chica de la tele y Vaya tele. Sin más que añadir porque estoy como a 15 capítulos de llegar a ver el spoiler en […]