Si algo estaba deseando el público de ficción española desde hace tiempo, mucho tiempo, era una serie policíaca en condiciones. No hay más que ver la cantidad de gente que en estas últimas semanas se ha vuelto a referir con melancolía a la fallida Motivos Personales, con ocasión del décimo aniversario de su estreno.
Perdidos entre tanta comedia, con el éxito creciente de los productos femeninos y los ocasionales procedimentales a la española, el género del misterio, de la investigación policial de un solo arco argumental, parecía resistirse en la parrilla y ha sido ahora cuando por fin se le ha dado una nueva oportunidad. Y todo pinta a que puede ser un gran éxito, pues más de cuatro millones de espectadores asistieron ayer a su estreno en Antena 3, convirtiéndolo en lo más seguido de la noche.
Bajo Sospecha es la historia de una familia normal que, celebrando la comunión de una de sus niñas, ve como esta se esfuma en medio de la nada mientras el resto de familiares disfrutan de una jornada festiva. En ese momento, las actitudes sospechosas empiezan a darse en todos los miembros de la familia, los misterios aparecen por todas las esquinas y las pesquisas policiales se ponen en marcha en el pequeño pueblo de la sierra en el que habitan los protagonistas. Para completar la investigación, dos policías se instalarán en el pueblo, de incognito, para intentar encontrar respuesta al enigma.
Ficción absolutamente clásica, sin estridencias y sin grandes giros dramáticos que nos pongan en tensión, aunque la constante aparición de familiares con cosas que ocultar hacen que no podamos perder un minuto de la acción, por otra parte bastante sosegada.
Como suele ocurrir en las series de Bambú, recordemos, responsables también de Velvet, Gran Hotel o Gran Reserva, todo en la puesta en escena es impecable. Podemos encontrar defectos, cosas que nos gusten más o menos, pero el impacto visual que produce es redondo, tanto si se trata de una serie ambientada a principios de siglo como si se trata de una historia que podría haber ocurrido ayer.
Seña de identidad también de la productora son sus actores, abundantes y en su gran mayoría con un talento irreprochable. En el caso de Bajo Sospecha, la más alabada ayer fue Alicia Borrachero en el papel de madre de la niña desaparecida, aunque su presencia en pantalla fuera mucho menor de lo que uno querría. El gran Lluis Homar, Armando del Río, José Ángel Egido, Gloria Muñoz, caras todas ellas muy conocidas de la pantalla, algunas no tan reconocidas por su nombre como merecen, pero un plantel tremendamente sólido y creíble.
Solo un borrón en este trabajo de casting, uno demasiado visible, el de la elección de Blanca Romero en uno de los papeles protagonistas, con una clara dificultad para resultar creíble, para que no parezca que está leyendo sus líneas de guión. Tiesa como un palo, sosa como ella sola, incapaz de hacer creíble una sola línea dramática hasta el punto de que en un momento dado tiene un arranque que no terminamos de saber si es de alegría o de ira. Pese a que su personaje es frío, poco natural en sí mismo y la falta de empatía sea una de sus principales características, Blanca Romero no es capaz de llenarlo, de hacerlo veraz y tiene demasiados minutos en pantalla como para pasarlo por alto.
Algo tienen las series de Bambú en este sentido que se repite con cierta regularidad. En medio de un elenco espectacular, siempre hay un protagonista que llama la atención por flojo. Lo son Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre en Velvet, pese a que a mí me guste tanto la serie que haya aprendido a que me de igual, y lo eran también Amaia Salamanca y el propio Yon González en Gran Hotel, pese a que ella en Velvet lo borde como señorita clasista e insoportable y él parezca haber cogido mucho mejor el tono de su papel de policía en Bajo Sospecha. Personajes jóvenes que son muy queridos por el público y sobre los que terminamos haciendo la vista gorda gracias al excelente resultado del resto del conjunto.
En resumidas cuentas, un notable alto para esta nueva incursión en la ficción policíaca que además cuenta con un detalle que juega muy a su favor: la historia es autoconclusiva y, de existir una segunda temporada, ya se ha anunciado que sería con otra trama diferente, algo que sin duda habrá beneficiado mucho al desarrollo del guión.
Has dado en el clavo!! Yo no entiendo tampoco lo de los personajes principales…serán requisitos que impone la cadena?? Porque no se me ocurre otra explicación…. y lo de Blanca Romero ya es de juzgado de Guardia lo mal que lo hace… yo no se si la aguantaré todas las semanas…