El regreso de Salvados ayer en La Sexta registraba una audiencia impresionante con 4,6 millones de espectadores que asistían a la entrevista de Évole a Esperanza Aguirre en lo que él mismo dio en llamar Aló Espe, tomándose con humor las críticas que hace unos días vertía la Presidenta del PP en Madrid hacía a la cadena, por el tratamiento de todo lo que tiene que ver con Podemos, en lo que ella consideraba un agravio comparativo.
El interés del programa Salvados ha sido siempre alto, el interés por las declaraciones de Aguirre tampoco es pequeño, pero parece claro que las críticas recientes a la cadena hacían de este encuentro uno más morboso de lo habitual, como así han demostrado los datos.
Es la última técnica de los programas de actualidad en televisión, que atienden a las polémicas, más o menos forzadas, que se generan entre políticos, periodistas, advenedizos varios y, por supuesto, participantes de GH VIP.
Así es como unos y otros, lejos de prestar atención a la fotografía general del panorama político o social que nos rodea, atienden mayoritariamente a cuestiones especialmente escandalosas o culebrones varios que, en muchas ocasiones, tergiversan la actualidad en favor del morbo informativo, del cachondeo generalizado y, por supuesto, del trending topic.
Pero no creamos que estas cuestiones funcionan solas, que basta con traer al primer plano un tema morboso para que la audiencia responda. No. El tema ha de atraer al público, pero debe formar parte de un programa en el que tenga sentido. Es por eso por lo que Un tiempo nuevo, que no consigue levantar cabeza, da resultado cuando se entrevista al pequeño Nicolás, pero fracasa cuando incorpora una tertulia de Gran Hermano VIP. O incluso El Objetivo de Ana Pastor que, pese al excelente dato que le dejaba Évole, perdió más de dos millones de espectadores por el camino, quizá por abordar un tema como el del cine, que en cierto modo escapa al tipo de cuestiones que los espectadores esperan ver reflejado.
Por cierto que, en este breve análisis de las audiencias del fin de semana, no puedo evitar destacar los estupendos resultados de la eterna gala de los Goya que, con el cambio de día de emisión, anotaba un record y casi alcanzaba los cuatro millones de espectadores. Interesante dato, sobre todo si recordamos que, en el momento del anuncio del cambio de día, se acusó a la organización de «esconder» la gala, en previsión de las críticas que se harían al gobierno. Si esa era la intención, desde luego no les ha salido nada bien.