Hoy es noticia que Cuatro dejará de emitir el partido de la liga BBVA que cada semana tenía en emisión; en su lugar, será Energy quién se haga cargo de la retransmisión de estos encuentros, que estaban lastrando la audiencia de un canal que necesita apurar hasta la última décima de audiencia que sea posible y que trabaja duro para conseguirlo.
En un momento en que Jesús Cintora está batiendo su propio récord de audiencia por la mañana, en que Todo va bien progresa adecuadamente y cuando algunos programas dan la sorpresa convirtiéndose en segunda opción como el caso de Adán y Eva, la cadena no se puede permitir un agujero como el de los partidos de fútbol.
¿Quién lo iba a decir? La liga no da audiencia. Un desastre. Se pincha finalmente la burbuja futbolística. Son solo algunos de los titulares que hemos visto al respecto o que han pasado por la cabeza de los que han leído la noticia pero, en mi opinión, nada más lejos de la realidad. El fútbol está sano como una pera, siempre lo ha estado y falta mucho para que deje de estarlo, si es que ese día llega. No tenemos más que ver los resultados que da cualquier partido amistoso en TVE, un canal donde solo funcionan ya las cuatro vacas sagradas de la pública y donde nadie recuerda echar un vistazo a ver qué ponen y que, sin embargo, hace audiencias millonarias cada vez que la roja hace su aparición, incluso si no es en competición oficial.
Que pongan un partido de Champions en Cuatro y ya veremos la audiencia que hace, o un Madrid-Barcelona, un Barcelona-Atlético de Madrid o un Sevilla-Real Madrid y vemos si el cuento y el recuento son los mismos. Porque el problema de audiencia de Cuatro con la liga no es el canal en que se emite, ni la pérdida de interés de los espectadores en la competición, son los equipos que juegan en esta limosna que le ha tocado a Mediaset y que se ha terminado por convertir en un regalo envenenado. Celta, Deportivo, Almería, Rayo Vallecano, son equipos con muchos espectadores en sus ciudades de origen, igualmente respetables (o no) que sus vecinos de presupuestos desproporcionados, pero no tienen interés multitudinario más allá de cuando conquistan un puesto en Europa, cuando tienen un buen año y plantan cara a los mayores o cuando dos veces al año se enfrentan a ellos.
El fútbol no funciona como opción televisiva de máxima audiencia por ser fútbol ni en cualquier circunstancia. ¿Acaso alguien piensa que programas como El Chiringuito, La Goleada o las secciones deportivas de los distintos informativos funcionarían igual de bien si se crearan o trataran polémicas en torno a otros equipos más pequeños? No señores no, esto es tan viejo como las audiencias de las series, que no siempre destacan las mejores de cada año, pero sí las que tienen los actores más conocidos.
Me alegro de que el fútbol siga perdiendo audiencia!