Por el momento no es nada comparable a Anatomía de Grey, ni mucho menos parecido a Scandal, pero lo último de Shonda Rhimes apunta maneras y eso que ni siquiera es una serie creada por ella, pero si producida por ShondaLand, la factoría de locuras retorcidas de una de las productoras más poderosas de la televisión norteamericana.
How to Get Away with Murder es la historia de una conocida abogada criminalista que además da clases en la universidad, donde cada año elige a unos cuantos de sus alumnos para que la acompañen en su bufete y poder así aprender los entresijos de la profesión, mientras aportan la frescura e ingenuidad de su juventud, su capacidad de observación y su talento.
En lo que a priori podría ser un simple drama de abogados, y tras haber visto apenas los dos primeros episodios estrenados, si algo no es HTGAWM es una serie de abogados con casos episódicos adornados de un arco argumental más o menos interesante, más bien al contrario, se trata de una historia lineal que se adorna de la presencia de sus protagonistas en los tribunales. Porque aquí lo fundamental es un nuevo lío típico de Shonda Rhimes, un amor imposible, un asesinato, pasión desbordada y una completa ausencia de credibilidad en todo lo que rodea a los personajes y sus acciones que, por algún extraño motivo, decidimos dejar de lado para sucumbir al engaño y el culebrón (cada vez me gusta más esta palabra).
Viola Davis como protagonista de esta historia está demasiado contenida, no se la ve cómoda, ni en el aula, ni en su despacho, no digamos ya sobre sus zapatos de tacón, que cualquiera diría se los han puesto dos tallas más pequeños. Hasta en la ya famosa escena del piloto en la que es sorprendida en su despacho «jugando a las comiditas», nunca he visto una escena menos creíble.
Los alumnos, secundarios de primera línea de acción, al estilo alumnos aventajados de House, tampoco parecen tener mucho carisma, y eso que encontramos alguna cara conocida entre ellos, caras que hemos visto perfectamente integradas en papeles anteriores y que sin embargo aquí, ayudados por constantes referencias a un crimen oculto, parecen sacados de una temporada de Pretty Little Liars más que de una serie para adultos. Y sin embargo, algo tiene que anima a seguir viéndola.
How to Get Away with Murder es, hoy por hoy, una serie muy de andar por casa, candidata absoluta en este momento a convertirse en placer culpable del año.