Los programas de cocina son casi omnipresentes en las parrillas de televisión de todo el mundo, ya sea en canales públicos, privados, de pago… cualquier formato que se nos ocurra pueda hacerse con alguien metido en faena en la cocina se ha probado alguna vez: monjas haciendo dulces de convento, famosos mostrando sus habilidades culinarias, desconocidos compartiendo tareas con reputados chefs, grandes nombres de las cucharas o simples cocineros con dotes para la comunicación televisiva que resultan convertirse en grandes estrellas gracias a la naturalidad con que entran en nuestro salón cuchillo en mano.
Muchas opciones diferentes, muchas personalidades, incluso distintos horarios de emisión, nada tiene éxito por mucho tiempo si no viene acompañado de una habilidad especial para contar cómo mezclar los ingredientes y para rellenar los largos minutos de remover, rehogar, picar y hasta emplatar.
Y es en este contexto en el que hace apenas una hora se estrenaba en Telecinco Robin Food atraco a mano armada, media hora de cocina conducida por David de Jorge, un habitual de ETB con una manera de contar las cosas que no dejará indiferente a nadie. Chiste va, chiste viene, palabrotas, comparaciones tan divertidas como fuera de tono o constantes referencias a personajes de sobra conocidos por los espectadores como actrices o modelos. Guste más o menos, haga o no gracia, si algo podemos decir de David de Jorge es que tiene un ritmo agotador.
Podríamos pensar que su verborrea nace de la inseguridad de un primer programa, de su necesidad de rellenar el espacio televisivo que puede parecer eterno en silencios de apenas unos segundos pero no, no es el caso, años de televisión avalan a este cocinero que habla porque le gusta tanto como comer y come porque ¡qué demonios, es que comer es un placer!
El principal inconveniente al que se enfrenta el programa, que realmente no aporta nada nuevo frente a otros programas similares, más allá de la personalidad arrolladora de su conductor, es el arrastre que puede dejarle su predecesor, un Mujeres y Hombres y Viceversa que no parece tener un público muy similar al que pueda estar interesado en recetas de cocina tradicional, aunque si alguien puede hablar el idioma de la gente joven y diferenciarse de otros cocineros más tradicionales en su discurso, ese es Robin Food.
Me alegra que haya perdido peso, está guapísimo, un big bear de primera.