Para sorpresa de muchos, la noche de ayer la lideraba Broadchurch, la serie británica que, tras casi un año anunciada como «Próximamente», por fin ha visto la luz en Antena 3. Pese a que en el share global ha sido Telecinco la que ha congregado a una mayoría de la audiencia, la serie sumaba más de tres millones de espectadores en su primer episodio, algo menos en el segundo, frente a los Pequeños Gigantes de Telecinco, que se quedaban por debajo de esa cifra, en un pequeño resbalón que posiblemente no esperaban en un enfrentamiento tan aparentemente desigual.
Cuando digo que este liderazgo ha sido sorprendente, no me refiero evidentemente a la calidad del producto, innegable, sino a los más que discretos resultados que últimamente estaban dando las producciones extranjeras, mucho más cuando se enfrentan a programas muy potentes en la competencia, caso del show de niños que arrasaba la semana pasada y que, emitido en un día diferente de la semana, ha caído y cedido la primera posición. Es uno de esos días en los que, como espectadores y críticos, no podemos evitar un gesto de satisfacción y una cierta recuperación de la fe en la humanidad por via de los gustos de la audiencia.
No sé cuanta gente de la que ayer veía Broadchurch tenía pensado qué iba a ver esa noche, si llegaron allí por casualidad o si fue por arrastre de la entrevista a Pedro Sánchez en El Hormiguero, pero sí tengo claro que pocos de los que vieron el arranque de la historia habrán sido capaces de resistirse a conocer la evolución de la misma. Porque el inicio de esta terrible historia de la desaparición y posterior asesinato de un pequeño de once años en la hasta entonces tranquila ciudad costera de Broadchurch, es una lección magistral de cómo construir tensión en un producto audiovisual.
Creo que es un sentimiento muy común, una vez que se tienen hijos, el sentirse fácil y rápidamente identificado con el sufrimiento de cualquier niño en cine y televisión, más aún con sus padres, hasta el punto de hacerse demasiado vívido en algunas ocasiones. Ayer no fue una excepción y costaba no sufrir con esa madre que no solo descubre que su hijo ha muerto, sino que ha de vivir con la angustia de no haberle echado en falta desde la noche anterior a su desaparición, de no haberse molestado en pasar a darle un beso de buenas noches, de no haberle visto por la mañana en el desayuno. Pero no creo que el dolor que se transmitía ayer a través de la pantalla sea fruto solo de la experiencia personal de quién tiene hijos y es capaz de imaginar el dolor de su pérdida, hace falta mucho más y la manera en que se fueron montando los acontecimientos en este primer episodio es tan buena que hasta el propio Herodes habría tenido ganas de soltar una lágrima.
Se rumorea que la demora en estrenar la serie se ha debido a un cambio de planes en la estrategia de Antena 3 una vez se puso en marcha el proyecto Bajo Sospecha, una historia muy similar producida por Bambú y que llegará a la pantalla en los próximos meses. Se dice que el estreno de Broadchurch pretende abrir el apetito por la historia policial y que, una vez concluida su emisión, se daría paso a la serie española, permitiendo así una continuidad que la audiencia valorará y que hará más sencilla su fidelización. Pues es posible, pero también un gran riesgo ante las siempre odiosas comparaciones. ¿Estará Yon González a la altura de David Tennant? ¿Blanca Romero a la altura de Olivia Colman?
Yo fui uno de los que la vi por Antena3. Soy consumidor de ficción, pero suelo descargarla de internet para evitarme la publicidad y las horas intempestivas a la que empiezan y terminan. Pero, a diferencia de la mayoría de series que emiten las cadenas en abierto, Broadchurch no había sido estrenada en Calle 13, Fox, Axn,…Así que no había version doblada de la misma para descargar, sólo VO.
A pesar del mito de que todos los piratas nos bajamos las series recien estrenadas en USA, las descargas de series dobladas son mucho mayores. En mi caso porque no domino el inglés tanto como quisiera y me gusta poder apartar la mirada de la pantalla para mirar el móvil o hacer cualquier otra cosa, sin tener que parar la imagen por miedo perderme los subtítulos.
De todas formas mis felicitaciones a Antena3 que debería comprar más pases en exclusiva de las series. Seguramente la audiencia responderá mejor que si ha tenido meses para descargarla desde la emisión en el canal de series de turno.
PD: Yo también tengo hijos y al acabar la serie no pude evitar asomarme a ver como dormían…