Hay tantas cosas en televisión que no comprendo que, en ocasiones, ni siquiera sé por dónde empezar a hacerme las preguntas. En esta semana desde luego hay dos que llaman seriamente la atención, por cuestiones diferentes, pero que marcan un salto al pasado poco comprensible.
Hablamos de un lado de la decisión de TVE de llevar a la pantalla una gala de variedades de la mano de José Luis Moreno y Ana García Obregón. No, no te has ido a un post antiguo del primer año de Chicadelatele, qué va, en pleno 2014 y estamos en estas. La espiral de viejunismo en la que está embarcada la cadena pública no deja de sorprendernos y, si ya con El pueblo más divertido pensábamos que se había alcanzado el límite de lo absurdo, la nueva dirección nos despierta de la rutina con esta sorpresa. ¿Qué será lo siguiente: un spin-off de Ana y los siete?
Que en esta gala de verano se anuncie la presencia de Isabel Pantoja y Kiko Rivera cantando a duo más de veinte años después de aquel enternecedor «Mi pequeño del alma» puede parecer impropio de una televisión pública pero, dentro de lo malo, es quizá la única cosa normal del programa, pues estos dos personajes nunca han dejado de estar de actualidad, independientemente de los motivos de la misma.
En otro orden de cosas, tampoco entiendo el regreso de Rocío Carrasco a la televisión en un momento en que su familia más cercana es portada de magazines televisivos a todas horas y nunca por motivos edificantes. En un tiempo en que ella ha logrado apartarse de toda la atención mediática y vivir tranquila con sus hijos y su pareja, de pronto decide aparecer de nuevo y además en Telecinco, la cadena en la que más partido van a sacar a sus declaraciones y dónde todo se mueve en torno a las polémicas creadas por sus tíos, padrastro y hermanos.
¿Qué sentido tiene que esta mujer vuelva a la tele? No necesita la atención mediática, ni mucho menos el dinero, ha comprobado que estando apartada de las cámaras y las declaraciones públicas se puede, efectivamente, vivir tranquila, lo que por otra parte demuestra que si quieres, puedes y sin embargo, tras años en el olvido, aparece dando una entrevista en Hable con ellas. Sus presentadoras son inofensivas y lo peor que le puede pasar es que Beatriz Montañez se apueste 1.000€ con ella a que no hay vídeos de su madre cantando, pero no se entiende.
El mundo está loco, las teles van y vienen, los personajes aparecen y reaparecen, nunca llegaremos a entenderlo del todo.
Venga ya… el único motivo para la vuelta de Rociíto a la tele es el dinero. Lo lamentará, claro, pero ella sabrá.
Mientras un montón de audiencia pique en los anzuelos de Sálvame, ahí se va a quedar.