La audiencia es muy rara, elige programas con criterios extraños, tan difíciles de comprender que en ocasiones una se alegra de no tener responsabilidad alguna en las tareas de programación, producción o compras de una cadena porque, con algunos resultados, se debe entrar en crisis de fe completa.
Normalmente nos quejamos de estos profesionales por su aparente incompetencia para ubicar en la parrilla algunos programas o por dar luz verde a cosas que se ve a la legua que no tienen posibilidad humana de salir adelante, cosas que inexplicablemente llegan a la pantalla para fracasar estrepitosamente por motivos que hasta el espectador más ignorante e inexperto puede identificar, cosas como Dreamland, por ejemplo.
En otras ocasiones, uno ve claramente que el programa es un espanto, se avergüenza de que exista y no alcanza a entender cómo es posible que aún haya quién lo quiera intentar por ese camino, pero puede llegar a comprender los cutre motivos que lo han llevado a la pantalla, caso de El pueblo más divertido.
Hay muchos otros programas que como espectadores podemos no contemplar ver, cosas que preferiríamos que ni existieran porque quitan espacio a otras opciones que podrían encajarnos mejor, pero que, dentro del perfil de una determinada cadena, o a la hora de buscar un determinado público a un precio razonable y con unos nombres conocidos, logran permanecer en antena durante años, gracias a un público muy poco exigente. No lo compartimos, pero podemos entenderlo.
Y luego están las cuestiones inexplicables que, por más vueltas que le demos, no tienen sentido, mucho menos en comparación con otras de su misma categoría que siguen y siguen, alargando historias absolutamente predecibles. Es el caso del reciente fracaso de Crisis en NBC, emitida en España por Fox, una entretenidísima historia sobre un puñado de chicos de la élite de Washinhgton, incluido el hijo del Presidente, que son secuestrados y utilizados en una curiosa cadena de favores que implica a todos los padres en una oscura y vergonzante acción de la CIA y que ha sido cancelada por la cadena antes de terminar su emisión.
La historia está muy bien hilada, los casos episódicos están suficientemente ligados a la trama general como para permanecer pendientes a todo el desarrollo de la acción y los actores tienen una interpretación más que correcta, incluyendo a dos de sus muy conocidos protagonistas: Dermot Mulroney y Gillian Anderson (redescubierta 12 años después de terminar Expediente X). Emitida además a final de temporada, cuando muchos empezamos a echar de menos las series habituales y todos tenemos más tiempo para implicarnos con nuevas opciones, es sorprendente que no haya funcionado. Y lo que es peor aún es que, siendo un producto muchísimo mejor que The Following, por poner solo un ejemplo, esta vaya camino ya de la tercera temporada y Crisis no ha logrado terminar ni la primera. Definitvamente, hay reacciones colectivas que son difíciles de explicar.
Coincido contigo. Sólo espero que les avisaran de la cancelación mientras grababan y hayan dejado un final medianamente cerrado.