Terminada ya la tercera temporada de Los misterios de Laura y sin noticia alguna sobre las intenciones de TVE con respecto a su renovación, pendiente como muchas otras cosas del cierre de presupuestos de la próxima temporada, este fin de semana nos llegaba la sorprendente noticia de que la cadena pública negocia la compra de derechos de emisión de la versión norteamericana de la serie, que estrenará NBC el próximo mes de octubre.
Protagonizada por Debra Messing y con un muy prometedor trailer, que parece respetar al máximo la versión original de la serie y que ha enamorado a todos los fans españoles, orgullosos de que una de sus series favoritas haya dado el salto a la muy competitiva televisión americana, The Mysteries of Laura es una serie que sin duda alguna apetece ver, igual que Red Band Society, la versión de Pulseras Rojas que estrenará Fox también en otoño. Ver de qué manera interpretan fuera de nuestras fronteras las historias y personajes que ya hemos vivido aquí durante años, que nos resultan tan familiares y entrañables es, sin duda, motivo de curiosidad y hasta de alegría, por el duro trabajo de quienes están detrás de estos productos, que ven recompensado metiendo el pie en la meca de la producción audiovisual.
Me parece una excelente idea que TVE tenga intención de comprar los derechos de la serie americana, aunque también he de decir que si los casos van a ser los mismos que ya hemos visto en la versión española, no termino de verle el sentido más allá de la mera curiosidad. Lo que no se comprende es que, teniendo en sus manos un producto de estas características, uno que funciona relativamente bien en audiencia, con buena repercusión y con unas señas de identidad muy claras y muy adecuadas a la personalidad de la cadena pública, no se invierta directamente en renovar la serie original.
Este interés en la versión de la NBC apunta a que darán el visto bueno a una nueva entrega de la producción de Boomerang TV, pero solo el hecho de seguir callados, de no dar pistas sobre si realmente está en la mente de los responsables hacerlo, mientras se discute la compra del sucedáneo es, cuanto menos, un feo a los espectadores y a los propios creadores de la serie.