Interesantísima esta idea de Jeffrey Katzenberg (el boss en Dreamworks Animation) sobre el futuro de la explotación y venta de los derechos de emisión de contenidos audiovisuales, en la que plantea un escenario en el que se pagará en función del dispositivo en que se vea el producto, tanto más cuanto más grande sea este.
Aunque la lógica me hace pensar que ya hay sitios en los que esto se está aplicando, lo cierto es que la tendencia es a comprar el producto en pago por visión y disfrutarlo posteriormente donde uno crea más conveniente, ya sea la super tele del salón, la pantalla del ordenador o la cada vez más grande, pero pequeña para ciertas cosas, pantallita del móvil.
En este caso, Katzenberg hace su planteamiento referido principalmente a las películas, a las que augura una ventana de exclusividad en cines de apenas tres semanas, o mejor dicho, tres fines de semana, que es la medida del tiempo en el sector, ventana que puede parecer muy corta, pero que supone el 95% de los ingresos del 98% de las películas que se estrenan hoy en día (obviamente Ocho apellidos vascos es de esos ejemplos que rompen cualquier posible estadística y por abusona se quedaría fuera).
En esta lectura de bola de cristal que se atreve a plantear, Katzenberg incluso pone fecha al cambio y habla de una inevitable ruptura del sector en apenas una década en la que, no solo los pagos se harán de distinta manera sino que los estrenos serán universales, algo que ya venimos observando desde hace tiempo, no solo en cines, también en televisión, donde únicamente el tiempo necesario para subtitular o doblar hace que los nuevos episodios de una serie de éxito tarden 24-48 horas en asomarse a las pantallas españolas.
Creo que por dónde van los tiros no es tanto el tamaño de la pantalla como la resolución del contenido que reproduces en ella.
Yo puedo comprar una película o serie a una resolución determinada que me permita verlo en todos mis dispositivos en las mejores condiciones.
Pero si no tengo un megatelevisor, o casi no paro por casa, quizás pueda ahorrarme unos euros comprando una versión de menor resolución, pero que se seguiría viendo perfectamente en mis dispositivos habituales. Si luego decidiese reproducir eso en un televisor de 50» quizás la calidad no fuese óptima, pero si no tengo previsto hacerlo, bienvenido sea el descuento.