Hace un par de días que murió Junior, el viudo de Rocío Durcal y mitad del conocido grupo musical de los 60, Juan y Junior y, cuando su cuerpo aún yacía caliente en el instituto anatómico forense, a la espera de que se le realizara la autopsia que determinara la causa de su muerte, Telecinco ya anunciaba la redifusión de la película biográfica sobre Rocío Dúrcal que había estrenado hace un par de años.
Esta decisión de Telecinco ha despertado las críticas de algunos espectadores, que tachan a la cadena de oportunista y morbosa, pero yo no soy capaz de encontrar la diferencia entre emitir el biopic o lo que hace TVE, desde que yo tengo memoria, cada vez que fallece un conocido actor, emitir una película protagonizada por el finado.
Puede parecer que la emisión de una película con un actor como protagonista es un homenaje al mismo si se emite el día que este nos deja, mientras que un biopic, siendo un producto de menor categoría, es aprovechar la coyuntura, pero no podemos obviar que la cadena pública posee un archivo cinematográfico espectacular que le permite disponer de casi cualquier película antigua para estos casos, aquellas por las que han sido premiados casi todos los actores famosos, las que les dieron a conocer al gran público o las que los convirtieron en mitos. A Telecinco, sin embargo, este archivo se le queda muy corto y deberán pasar décadas hasta que logre sumar suficiente material como para tener siempre a mano un buen título con el que homenajear a un famoso actor o personaje recientemente fallecido.
En cualquier caso, se trate de TVE, Telecinco o cualquier otro canal, lo que se considera un merecido homenaje, una muestra de admiración hacia alguien que nos deja, no es sino una manera de aprovechar la triste coyuntura para despertar la curiosidad en los espectadores e intentar arañar unos puntitos de share. Podemos llamarle morbo, si, pero el mismo que existe en cualquier canal, independientemente de la trayectoria que les haya traído hasta aquí.