Yo entiendo que las cadenas a veces hagan cosas que desde nuestro salón puedan resultar extrañas e incomprensibles, cosas que responden a estrategias complicadas que involucran mucho más que el programa que nos gusta y que, en el conjunto de la programación, encajan como una pieza más. Protestaré, me quejaré en twitter, despotricaré con mis amigos, pero al final soy consciente de que hay algo más, algo que como espectadores se nos escapa, un motivo real y sobre el papel lógico, que conduce a determinadas decisiones de programación.
Pero, en toda mi capacidad de comprender, aún no he sido capaz de entender cómo ni por qué una audiencia de más de cuatro millones de espectadores fieles a un programa durante dos meses recibe el trato que Antena 3 nos dio ayer por la noche con el estreno del nuevo episodio de Velvet.
Emitido normalmente pasadas las diez y media de la noche, tras finalizar El Hormiguero, las vacaciones que parece se ha tomado el programa durante la semana santa provocaban el adelanto en la hora de emisión del prime time. Así, durante el día de ayer, tanto en redes sociales como sobreimpreso en la pantalla, el mensaje Velvet a las 22:00 era constante, intentando asegurarse que la audiencia no se perdía ni un instante del nuevo episodio. Cenas adelantadas, niños bañados y antes de tiempo en la cama, cervezas con los amigos que terminan media hora antes y todos como clavos a las diez en punto frente al televisor para no perdernos nada.
Bueno, para no perdernos nada no, más bien para sentirnos idiotas y pensar que las televisiones nos toman por tal y consideran que lo de ayer es normal. No solo la serie empezó prácticamente a la misma hora de siempre, concretamente a las 22:33, sino que la media hora anterior fue un aburrido refrito de los excelentes (cuando se emiten en su sitio) programas de Más Velvet que se emiten tras cada episodio de estreno, añadiendo algunas imágenes inéditas aún por llegar, menciones en off a lo que harán los personajes en el episodio que aún no se ha emitido y hasta un ‘making of’ del desfile de la nueva colección de las galerías que pasa por ser uno de los puntos álgidos de la entrega de anoche.
Esto señores se llama falta de respeto, tomadura de pelo y además ganas de estropear la experiencia del espectador fiel, ese que te está dando la noche del lunes, con unos datos excelentes semana tras semana y al que debes cuidar y mimar como si un montón de millones en publicidad dependieran de ello.
Lo de ayer no era la emisión de Velvet a las 22:00, lo de ayer a esa hora era un relleno, media hora que bien podría haberse ocupado con un refrito de El Hormiguero o del propio Velvet, pero sin avanzar tramas y mucho menos sin anunciar un cambio en la hora de emisión que simplemente no era cierto. Engañar así a la audiencia está feo, muy feo. Verdaderamente, las cadenas a veces no merecen un público como nosotros.
Ahora entiendo por qué el estomagante Supervivientes subió su share hasta el 20%.