Por fin he podido sentarme con calma a ver la película de Veronica Mars, no sin cierto estrés derivado del sistema de descarga del pago por visión que, agradeciendo que pagues por un contenido que está disponible gratis en cualquier sitio y que en mi caso había ayudado a financiar antes incluso de su producción, solo te presta la película durante 48 horas una vez pulsado el play por primera vez. Cual es la finalidad de esta restricción es algo que se me escapa, salvo que directamente se haya decidido replicar el sistema de alquiler del videoclub o se esté intentando evitar que uno pague por la película y luego invite a todos sus amiguitos a verla, en diferentes sesiones caseras de más de dos días consecutivos (de aquí a reclamar un canon a los vendedores de palomitas caseras hay nada).
Pero dejemos a un lado los insondables misterios de una industria empeñada en incordiar a sus clientes y reconozcamos también la presteza en traer la película el mismo día de su estreno en el resto del mundo, algo que puede parecer lógico pero que no lo es tanto, máxime cuando se trata de una película secuela de una serie minoritaria, no lo olvidemos.
Por lo que respecta a la película en sí, es tal cual tenía que ser. Si esto es bueno o malo, dependerá de cada persona y lo que estuvieran esperando de un regreso como este pero yo, como fan de la serie, y he de reconocer que detractora de los regresos de series míticas en forma de película, que no suelen estar a la altura del recuerdo que de ellas conservamos, he quedado tremendamente satisfecha. La película de Veronica Mars es tan simple como el nombre que se ha elegido para ella, y no podía ser de otra manera, no debía serlo. Su creador, Rob Thomas, al que hemos podido seguir semana a semana en su proceso creativo y de producción, nos ha dado lo que siempre nos gustó de la serie: su protagonista tal como la recordábamos pero con la madurez que da la edad, su tierna y divertida relación con un padre tan adorable como siempre, con esa química padre-hija que siempre ha estado presente, la incapacidad de Veronica para abstraerse de cosas que le hacen daño y no le aportan nada bueno a su vida, su seguridad en sí misma y Logan.
Que haya un misterio, un nuevo crimen, un acusado pidiendo la ayuda de la protagonista y una nueva trama de traiciones y corrupción policial, solo es la excusa para traernos de nuevo a los personajes que adoramos, con toda su esencia y casi allí donde los dejamos. Ver la película es como ver una temporada completa de la serie en un solo episodio largo y, aunque es cierto que nos quedamos con ganas de disfrutar más de algunos personajes secundarios, no hay nada que se salga del cuadro en toda la película. Si eso es una virtud o un defecto, cada cual deberá evaluarlo en función de sus propias expectativas, yo personalmente no necesitaba más.
¿Volverá Veronica con otra película? La trama de esta primera, aún cerrando perfectamente la historia que retoma, así lo permite y no son pocos los fans que ya lo están pidiendo. Desde luego todo apunta a que si ponen en marcha una nueva campaña en Kickstarter, poco tardarían en recaudar nuevamente el dinero necesario para ponerla en marcha. ¿Se animarán Thomas, Bell, Dohring y Collantoni? I’m in.
¿Hay laísmos? 😛