Queda claro una vez más que el tema de la gestión de expectativas hace mucho daño a algunos productos, pero también es bueno para otros. Acaba de pasarme con B&B, la serie de Telecinco que desde hace dos semanas sucumbe ante el melodrama romántico de Velvet y las críticas despiadadas de muchos. Tántos eran los defectos que se destacaban de la serie que, sentada frente a las aventuritas periodísticas de Gonzalo de Castro y Belén Rueda, no he podido evitar sentir que la cosa no era para tanto.
Básicamente, B&B tiene un problema, pero uno muy grave: es una serie antigua. Si en las promos éramos muchos los que creíamos estar viendo una mezcla de Periodistas y Los Serrano, el visionado de sus dos primeros episodios no hace sino reafirmarnos en esta idea. No es solo la mezcla de personajes de distintas edades y las relaciones familiares y amistosas que se entremezclan de la misma manera, son también los actores recurrentes, en papeles de igual registro y hasta nombres de personajes idénticos (¿quién en Globomedia debe amor eterno a una tal Candela?).
Los Serrano se estrenaba en 2003, Periodistas en 1997 y en su momento fueron grandes éxitos de indiscutible calidad en su género (hasta que la liaron con la famosa escena del sueño). Cualquiera de las dos serían intercambiables con B&B y no precisamente porque aquellas fueran unas adelantadas a su tiempo.
A mí personalmente las series de Globomedia me han parecido durante muchos años grandes series, con un sello muy especial que las hacía solventes y una apuesta casi segura para las cadenas en las que se emitían. El problema con el que me encuentro es que, a estas alturas, la fórmula, idéntica, peca de agotamiento, como esos amigos con los que hace años te los pasabas muy bien pero no han evolucionado, con los que sigues quedando porque los quieres, porque tienes una trayectoria vital con ellos y, sin embargo, no hacen que vuelvas a casa con la misma sensación de haberlo pasado bien que cuando quedas con otros, nuevos y mucho más divertidos o elegantes.
La suerte que tiene B&B es que en España aún queda mucho público afín a este tipo de dramedia y que los datos que está logrando no son del todo malos si no los comparamos con el resto de la oferta de la noche. Tan pronto La que se avecina termine su temporada, de la que solo quedan dos episodios, no sería extraño ver un cambio de piezas en el tablero que permita a B&B remontar unos datos insuficientes y mejorar las expectativas que han llevado a Mediaset a encargar temporada completa de la serie. Por el momento aguantan.
Hola Chica de la Tele
Yo creo que la podían haber llamado C & C (Compilando Clichés)
¿Soy el único que está esperando que la hija hormonescente tenga un problema domestico y entre en la cocina Emilio Aragón diciendo: «¿Alguien ha llamado a un medico de familia?»?
Un saludo.