Nos quejamos mucho de cómo las televisiones son muy poco originales, que siempre intentan imitar los éxitos de la cadena de al lado o los suyos propios, convirtiendo el panorama general en una sucesión de programas todos igualitos, con poca personalidad y donde siempre, siempre, las comparaciones nos llevan a añorar el formato original.
El caso es que, en ocasiones, uno echa un vistazo a su alrededor y se da cuenta de que esta crítica tan habitual puede aplicarse a otros sectores de la industria, bien sea la audiovisual o cualquier otra, como por ejemplo el mundo de las aplicaciones, entre ellas, las de comentar la tele.
Animados por el éxito indiscutible de Twitter como aplicación para comentar la televisión, no son pocas las herramientas que se han creado para mejorar esta experiencia, animando al televidente a compartir todas esas inquietudes, chascarrillos, críticas o loas sobre su programa favorito en un lugar virtual específicamente diseñado para ello. Ha habido muchas y no dejan de salir nuevas opciones, todas ellas con una idea central clara: el sitio para comentar un programa de televisión con otras personas que están viendo lo mismo que tú, y un defecto igualmente claro: no son Twitter.
Y es que sí, muchos somos los que disfrutamos viendo televisión mientras compartimos nuestras opiniones con conocidos y desconocidos, pero no queremos aislarnos del mundo para hacerlo. Mientras discutimos si Marina Danko baila mejor o peor, si los cromas de El Príncipe cantan mucho o poco, o si un corte de publicidad ha entrado con delicadeza o ha sido un hachazo brutal a una escena interesante, queremos también saber qué pasa en el resto del mundo e incluso en el resto de cadenas.
Lo he comentado en numerosas ocasiones,y lo haré una vez más porque estoy segura de no haber sido la única: todo el revuelo tuitero que se formó en torno a la primera emisión de Felipe y Letizia yo lo disfruté sin necesidad de sufrir la serie, mientras veía otro canal pero sin perderme la diversión de lo que allí estaba ocurriendo, como si en mi televisión hubiera activado el PIP y estuviera viendo dos programas a la vez. Eso por no hablar de las cuestiones sociales de mayor relevancia que puedan estar ocurriendo mientras se emite lo que esté viendo o las noticias de última hora que puedan ocurrir mientras disfruto tranquilamente de una serie. Eso es lo que twitter me da, la capacidad de ver un programa en compañía, pero no como si estuviera en el cine, en un espacio cerrado, oscuro y al margen del resto del mundo, sino frente a un jumbotrón infinito con una programación diferente en cada pantalla y eso, una aplicación específica para comentar la televisión no me lo da, si tiene salas privadas para cada programa menos aún y si me restringe a las personas que yo elijo para comentar, ya no digamos.
Las capacidad que tiene Twitter para comentar televisión sin apartarnos de la realidad de lo que acontece en el resto del mundo y permitiéndonos descubrir la opinión de otras personas a las que no conocemos ni conoceremos jamás, bien sea por RT de nuestros seguidos o entrando en el hashtag de un determinado programa para ver lo que la masa opina del mismo es uno de los principales valores de Twitter como segunda pantalla y competir con eso es otra cosa.
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