En esta moda tan de nuestros tiempos de hacer programas idénticos en distintas cadenas tan solo cambiando alguno de los elementos aparentemente esenciales pero realmente accesorios del formato, llega a la parrilla de Cuatro Negocios al límite, o lo que podríamos llamar Pesadilla en tu negocio.
En principio el formato tiene un muy buen encaje en la cadena, conocida por sus distintas ofertas en programas de coaching, no solo dirigido a los caracteres y personalidades difíciles, también ayudando con las finanzas personales o, ya en un tono más jocoso, con las dificultades para encontrar pareja (bueno, vale, este es otro formato distinto y menos serio).
Sin embargo, hace falta mucho más que una peluquería sucia y un jefe incompetente para que un programa de estas características salga adelante y funcione como entretenimiento y ese plus no lo tiene, ni la edición del programa, ni su principal protagonista, Beatriz de la Iglesia, que puede ser muy valiosa como profesional, pero carece de la necesaria vis televisiva para sacar el programa adelante. Y un poquito de mala leche.
Muchos son los espectadores que se quejan de un exceso de agresividad en este tipo de programas, de que los jueces en los concursos son muy duros o que se trata a la gente que participa en ellos como puro espectáculo y este programa intenta construirse sobre un perfil distinto. Puede ser, en alguna ocasión, pero no debemos confundir la agresividad con la autoridad y la crítica constructiva y contundente.
¿Que Chicote se pasa a veces en sus comentarios? Es posible. ¿Que sobran algunas de sus expresiones y comparaciones? Pues también puede ser, pero si estás haciendo televisión, si tu principal objetivo es entretener al espectador mientras ayudas a sacar adelante un negocio y de paso «educar» a la gente en los defectos que pueden dar al traste con una empresa familiar o lo que es imprescindible para que funcione, tienes que aplicarte el cuento y lo primero es el espectáculo.
La televisión es educación, información y entretenimiento y, aunque los dos primeros elementos cada vez brillan más por su ausencia, solo el tercero garantiza que los otros dos cumplan su función, sobre todo en el entorno de abundancia de oferta en qué vivimos. Dadme buenos profesionales, pero que además tengan salero, que si no me aburro, cambio de canal y el negocio que va a necesitar una ayudita va a ser el tuyo.