Si no fuera por sus dos protagonistas, el estreno de True Detective posiblemente habría pasado desapercibido para muchos, a excepción claro de aquellos que por su profesión o por puro placer, disfrutan de ver todos y cada uno de los pilotos de series americanas. En este caso, los nombres de Woody Harrelson y Matthew McConaughey eran suficiente reclamo para echarle un vistazo a esta nueva serie y reafirmarnos en la más que probada teoría ya de que la ficción televisiva, no solo no tiene nada que envidiar al cine, es que posiblemente esté pasando por un momento mucho más lucido y lúcido que aquel.
Más allá de consideraciones sobre la industria en general, True Detective no defrauda. Ambientada en la siempre intrigante Louisiana, donde la santería y los chalets prefabricados conviven a partes iguales, la historia reúne, tras diez años separados, a los principales investigadores de un crimen ritual con una escalofriante puesta en escena. De una parte, el cabal y centrado detective interpretado por Woody Harrelson; de otra, el atormentado pero brillante e intuitivo McConaughey, que se nos presenta como un personaje complicado en el pasado, atormentado y ahora, una década después, completamente abandonado, aunque igualmente solvente como investigador.
Un nuevo asesinato provocará el reencuentro de estos dos antiguos compañeros y destapará, no solo los detalles de aquella investigación, quizá mal planteada y peor resuelta, también detalles de la vida de los protagonistas que se antojan aún más oscuros y narrativamente interesantes.
Este primer episodio es claustrofóbico e intrigante, apenas hay unos pocos escenarios, todos ellos muy espartanos, y la presencia de secundarios es a pinceladas, casi difuminados por la imponente presencia de unos protagonistas que sin embargo no muestran estridencias, ni aparente fuerza, casi como si susurrando se fueran metiendo en nuestra cabeza y acaparando toda nuestra atención. Con el magnetismo propio de una zona de EE.UU. en la que los fantasmas, los crímenes rituales, los demonios y las más extrañas creencias religiosas siempre han dado frutos cuanto menos desasosegantes, True Detective sobresale como una historia de introspección, un ejercicio de análisis de personalidad y relaciones humanas adornado con una investigación criminal que, al menos en su primer episodio, nos deja con muchas ganas de más.
Emitida en EE.UU. en HBO, True Detective se emite en España apenas 24 horas después en Canal Plus Series.